Inglaterra pasa revista al fútbol europeo
Wembley inaugura hoy la Eurocopa más larga y rutilante de la historia
El silbato del árbitro español Manuel Díaz Vega abrirá hoy en Wembley un torneo que reúne a las mejores escuelas del continente Europeo. Está en juego la supremacía del fútbol austero, utilitarista y robusto -Italia, Inglaterra, Alemania y España, como mejores exponentes-, frente al fútbol más angelical, elaborado y exquisito -Holanda, Portugal y Croacia-.La victoria de Brasil en el último Mundial el celebrado en 1994 en Estados Unidos, con Italia como finalista, ha marcado la pauta hasta la cita inglesa. El fútbol vive apegado a las modas y desde Estados Unidos, se observan numerosas secuelas de aquel Brasil que desterró sus mejores señas para dar paso a un fútbol más estragado. Dinamarca, en la Eurocopa sueca de 1992 había abierto el camino a las nuevas tendencias.
Europa también demanda una figura sobresaliente. Un brasileño -Romario- y un liberiano -Weah- han ocupado el escaparate internacional desde el desplome definitivo de Maradona y la frustrante despedida de Marco Van Basten.
En Inglaterra hay varios aspirantes, algunos ya consagrados y otros en camino: Gascoigne (Inglaterra), McManamann (Inglaterra), Fowler (Inglaterra), Maldini (Italia), Zola (Italia), Del Piero (Italia), Rui Costa (Portugal), Zídane (Francia), Kluivert (Holanda), Davids (Holanda), Klinsmann (Alemania), Michael Laudrup (Dinamarca), Caminero... El rojiblanco, si se centra en el torneo y aleja sus problemas contractuales con el Atlético, puede guiar a España hacia el podio. Esta vez el listón está más alto que nunca y ni siquiera lo ha rebajado Javier Clemente, el seleccionador: "No hemos venido a quedar bien, sino a ganar".
El reglamento también se someterá a debate. Por primera vez en una gran cita, la FIFA pondrá en práctica la llamada muerte súbita a partir de los cuartos de final. En caso de empate habrá una prórroga prevista a 30 minutos, pero si marca un equipo el partido se da por cerrado. En caso contrario se recurre a los penaltis.
Dentro de 31 partidos, con más del 90% de las entradas vendidas, en Wembley, al igual que hoy, se concentrarán de nuevo alrededor de 80.000 espectadores en la gran final del día 30. Entonces habrá sentencia futbolística. Y en los despachos comenzará un reparto de 125.000 millones de pesetas, cifra de ingresos estimados por los organizadores. Pero en la retina de la hinchada sólo quedarán los grandes detalles, los latidos del jugador más lustroso y la pleitesía al gran campeón.
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