Arantxa afronta la final contra Graf con optimismo
A la española no le importa haber perdido contra la alemana 26 veces en 34 partidos
Si se observa la estadística, las posibilidades de que Arantxa gane a Steffi Graf en la final que hoy disputarán en Roland Garros (14.00, La 2 y Eurosport) son más bien pocas. La alemana ha superado a la española 26 veces en 34 partidos y cuatro veces de las seis que se han enfrentado en finales del Grand Slam. Sin embargo, nada de eso cuenta con Arantxa. "Es Graf la que debe estar preocupada porque yo estoy jugando muy bien", dice la española, que reconoce que la alemana está desarollando también un gran nivel de tenis.Con Arantxa se produce un fenómeno similar al que ocurría con su hermano Emilio en su etapa más brillante. "Cuando le ves pelotear piensas que no va a ser difícil ganarle, pero cuando entras en la pista para enfrentarte a él te das cuenta de lo difícil que resulta superarle". Así le definió el suramericano Alberto Mancini, campeón en Montecarlo y Roma en 1989.
Como Emilio, Arantxa no es una jugadora de ataque. Más bien se defiende. Pero utiliza su cabeza y sus piernas para salvar sus deficiencias. Jana Novotna realizó un análisis brutal de su compañera de dobles, tras perder ante ella en las semifinales. "Jugar contra Arantxa", explicó Novotna, "es difícil porque eres tú quien debe hacerlo todo, ganar o perder los puntos. Arantxa hace poco. Corre por la pista, te devuelve la bola y espera el error del contrario".
Sin embargo, la propia Novotna se lamenta de que teniendo un juego tan completo -"puedo volear, mantenerme en el fondo, cambiar la táctica", dice de sí misma- no haya sido capaz de ganar aún ningún torneo del Grand Slam. "Y Arantxa, en cambio, ya tiene tres", concede. Pero su análisis de la campeona española no coincide con el de la mayoría de jugadoras del circuito. La propia Karina Habsudova calificó a Arantxa de "gran jugadora", cuando los periodistas le tendían la espada para que entrara a matar contra ella.
Y la misma Steffi Graf, número uno indiscutible del tenis mundial actual, se alinea al lado de la española contra las agresiones que el público y un sector de la prensa internacional le están dedicando a la barcelonesa. "Arantxa está jugando más agresiva que de costumbre en este Roland Garros", afirma Graf. "Contra Habsudova jugó con globos pero tomó la decisición acertada. Si hubiera seguido pegando fuerte a la bola habría perdido. Acertó la táctica. Pero no creo que vaya a hacer lo mismo conmigo", concluye.
Las estadísticas ofrecen algunos datos realmente interesantes y que, de alguna forma, dan la razón a Graf. Arantxa ha ganado 42 puntos en la red en los seis partidos que lleva disputados en París. No es que sea una cifra muy elevada, pero casi dobla la de Steffi (24) en este mismo concepto. Y nadie discute la agresividad de Graf en la pista. Más datos. Arantxa ha conectado 48 reveses y 46 drives ganadores, por 18 y 78 de Graf. La suma de golpes ganadores ofrece un saldo favorable a Arantxa de 16.
Sin embargo, Arantxa ha tenido que mantenerse en pista casi tres horas más que Steffi para alcanzar la final. Lleva 8 horas y 54 minutos, mientras Graf ha llegado con 5 horas y 42 minutos. ¿Cómo se explica eso? Con relativa facilidad. Para que Arantxa pueda anotarse un punto con un drive, una volea o un smash ganadores ha precisado de una exhaustiva preparación previa del punto. Mientras que Steffi pega derechas o reveses ganadores desde que la bola se pone en juego.
Ahí radica la diferencia entre una y otra jugadora. Son dos estilos muy distintos de concebir el juego del tenis. Son dos estrategias antagónicas. Y ese es el espectáculo que puede ofrecer la final femenina. "Ganará la que menos errores directos cometa", sentencia Arantxa. Pero también puede imponerse la que más puntos directos gane. Y si ocurre eso, la campeona será Graf.
Ayer, Arantxa y Novotna perdieron en las semifinales de dobles frente a las norteamericanas Davenport y M. J. Fernández por un doble 6-2. Fue una derrota inesperada y excesivamente contundente para un doble varias veces campeón del Grand Slam, pero que podría romperse tras las declaraciones de la checa.
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