El mensaje de El Escorial
La primera entrevista extraoficial entre Michel Domínguez y Baltasar Garzón, el 21 de abril de 1993, trajo para el ex policía un cambio de expectativas. Pero las semanas fueron pasando y Domínguez veía que las gestiones en favor del indulto no prosperaban, por lo que empezó a temer que había sido víctima de un engaño.En julio, el nuevo diputado del PSOE coincidió en un seminario universitario en El Escorial con el titular del Interior, José Luis Corcuera, al que mostró una viva preocupación por el estado anímico de Domínguez. También se interesó por las posibilidades de indulto, según declaró el ex ministro ante el magistrado Eduardo Móner el pasado 8 de mayo.
Corcuera contestó a Garzón que el indulto no dependía de Interior, sino de Justicia y de la fiscalía. Garzón le hizo ver que Domínguez poseía documentos sobre la guerra sucia que podían hacer mucho daño, a lo que Corcuera respondió que a él no le afectaba la amenaza, ya que en aquel tiempo no estaba al frente de Interior. Corcuera sacó la conclusión de que Garzón, aunque sostuviera en público lo contrario, realizaba gestiones en favor del indulto de Domínguez. Curiosamente, el abogado de Domínguez, Jorge Manrique, preguntó a Corcuera, cuando declaró ante Móner, si Garzón estaba nervioso durante la conversación y si habló por teléfono. La explicación de estas preguntas es que Manrique había acudido también a El Escorial con una carpeta de supuestos papeles de los GAL para presionar a Garzón, que envió un mensaje al letrado para que se alejara del lugar y no le comprometiera.
Así lo hizo Manrique, pero le dejó aviso de que lo llamara al despacho, lo que efectivamente hizo Garzón. Éste le insistió en que tuviera calma y se cuidó de hacerle ver la inconveniencia e incluso el peligro de entregar los papeles a Corcuera, según fuentes del entorno del abogado.
