No más allá de 300 kilómetros
El tratamiento individualizado marca la nueva política con los reclusos de ETA
Entre los barrotes de las 65 cárceles españolas comienza a asomar una nueva política para los 503 reclusos de ETA (106 preventivos). Según el nuevo ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, se pretende huir del "enredo" de términos como dispersión, acercamiento o reagrupamiento y apostar por tratamientos individualizados.Desde algunos sectores de la sociedad vasca como Gesto por la Paz, grupo que acuñó el concepto de "acercamiento" de los presos a la geografía vasca, se alerta sobre la posibilidad de repetir un error. "Que el Gobierno utilice la política penitenciaria para hacer política antiterrorista y los criterios selectivos de los que habla el ministro terminen por ser arbitrarios y discriminatorios", explica uno de los portavoces del grupo pacifista, el abogado Txema Urkijo.
Buena parte de los políticos y de los grupos sociales que trabajan por la pacificación en Euskadi reconocen a estas alturas que la dispersión de los presos de la organización terrorista, tal y como fue concebida por los socialistas en 1987, es un capítulo casi agotado. Desde que en noviembre de 1994 los pacifistas empezaron a reclamar el acercamiento de los presos, la marea no ha dejado de crecer, alentada en buena medida por los dirigentes del PNV y por el consejero del Interior del Gobierno vasco, Juan María Atutxa.
La reorientación culminó con el acuerdo del Parlamento vasco del pasado 28 de diciembre, a favor del acercamiento de los presos, sin especificar delitos, a las cárceles mas próximas a su entorno familiar, y también de la política de reinserción. El texto fue aprobado por PNV, EA e IU, rechazado por el PSE-PSOE y contó con la abstención del PP.
La doctora en Derecho Penal y profesora en la Universidad del País Vasco Adela Asúa cree que la dispersión se ha utilizado más allá de lo necesario, y que el Gobierno, al querer demostrar que es "duro con los terroristas, se ha apartado de los criterios estrictamente relacionados con el régimen penitenciario". Para Asúa, el acuerdo de la Cámara vasca tiene "el acierto de hablar de todos los presos, evitando así el tratamiento excepcional que pretenden HB y ETA".
El cumplimiento de la condena en las cárceles del entorno de los penados no es un derecho recogido ni en la Ley General Penitenciaría ni en el reglamento, modificado en febrero de este año. Pero la dispersión choca con uno de los principios orientadores del tratamiento penitenciario, el de evitar el "desarraigo social" de los presos y favorecer los vínculos sociales".
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, entiende que a la política de dispersión diseñada por el PSOE le acompañaba otra pata, la reinserción. Como no ha habido reinserción "con mayúsculas", afirma, ni la dispersión "y menos el alejamiento" tienen ya sentido.
Los intentos del ex ministro de Justicia Juan Alberto Belloch de potenciar la reinserción a través de "excarcelaciones individualizadas" -más de 30 activistas se encontraban en régimen de semilibertad en julio de 1994- fueron a oposición dinamitados por frontal del PP, que a agitó el fantasma de las "amnistías encubiertas". Por entonces, la unidad del colectivo de presos de ETA se había resquebrajado. Atutxa aseguraba que el 60% de los reclusos de la organización terrorista cuestionaba la violencia y que 80 de ellos estaban dispuestos a rechazar la lucha armada. Socialistas y nacionalistas acusaron entonces al PP de utilizar de forma partidista la violencia con un discurso de alta rentabilidad electoral pero que sembraba de minas el difícil consenso.
El abertzalismo radical no perdía el tiempo. En el denominado frente de makos (cárceles), trabajaba a fondo en una estrategia que, además de intentar cohesionar al colectivo de presos, pretendía reactivar la campaña a favor de su reagrupamiento. En los últimos meses se han multiplicado las huelgas de hambre, los encierros y las campañas contra los funcionarios de prisiones. El 17 de enero, ETA puso el broche final con el secuestro del funcionario José Antonio Ortega Lara.
En ese contexto se hace Mayor Oreja con las riendas de Interior y se convierte en uno de los ministros que menos ha tardado en presentar propósitos definidos. Cree. que la dispersión y el acercamiento son compatibles, y ha anunciado una política individualizada, caso por caso, en función tanto de la evolución del propio interno como de su entorno familiar.
Los perfiles individuales serán los que marquen qué reclusos serán acercados a las 13 cárceles que se encuentran en un radio de 300 kilómetros de Euskadi. Un diseño. que requiere un consenso que el PP buscará en la reunión de este mes del Pacto de Ajuria Enea.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Juan María Atutxa
- Declaraciones prensa
- Juan Alberto Belloch
- Xabier Arzalluz
- Adela Asúa
- VI Legislatura España
- Orden público
- Presos
- Presos ETA
- Política penitenciaria
- Gobierno de España
- Ministerio del Interior
- Presidencia Gobierno
- Seguridad ciudadana
- Presos terroristas
- Prisiones
- Legislaturas políticas
- PP
- Ministerios
- Política antiterrorista
- Partidos políticos
- Lucha antiterrorista
- Centros penitenciarios
- ETA
- Régimen penitenciario