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Entrevista:

"Es impensable una alianza con los comunistas"

Con el veredicto de las urnas a punto de conocerse, el jefe de los socialdemócratas checos y aspirante a primer ministro ejerce más de relaciones públicas que de dirigente político. La atropellada conversación se desarrolló en su cuartel general, en el centro de Praga, entre carteles, cámaras de televisión y un ambiente general que bordea el ataque de nervios. Milos Zeman encabeza la única alternativa posible al Gobierno conservador de Vaclav Klaus.Pregunta. ¿Cómo le gustaría despertarse mañana?

Respuesta. Mi sueño es el 25% de los votos, que nos permitiría ganar, pero eso depende de los que obtengan los partidos pequeños. Espero que los ciudadanos sean lo suficientemente inteligentes como para no desperdiciar su papeleta en partidos que no tienen la menor posibilidad.

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P. ¿Se ve usted primer ministro de la República Checa?

R. No creo que estas elecciones dependan sólo del dinero gastado en ellas, porque, si fuera así, las perderíamos, seguro. Creo que existen otros factores que nos pueden permitir ganar.

P. Se le critica su ambigüedad y sus declaraciones fáciles.

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R. Es lo mismo que sucede con los laboristas en el Reino Unido y en otras partes. Nos están acusando precisamente los que colaboraron con el régimen comunista. Hay muchos de ellos en las filas gubernamentales.

P. ¿Qué distingue realmente a su programa del de Klaus?

R. Nuestra visión de la economía de mercado no es igual que la pura y "sin atributos" de Klaus. Los socialdemócratas pretendemos una economía de mercado más social y medioambiental. Klaus quiere descentralizar totalmente el Estado, y nosotros estamos por una mayor intervención en temas de interés general: escuelas, industria, hospitales. Necesitamos acumular capital checo, no sólo extranjero.

P. ¿Qué opina del proceso privatizador?

R. Con la política gubernamental de vender o morir se ha conseguido que muchas empresas mueran. La privatización masiva ha desembocado en que los dueños de la riqueza no sean los ciudadanos, sino el Estado a través de su participación en los grandes bancos, que, a su vez, controlan los fondos de inversión donde cada checo ha puesto sus cupones. Siempre he estado en contra del sistema de cupones y a favor de vender las empresas, como en EE UU, a sus directivos. Con el sistema masivo no hemos creado ni empresarios ni propietarios.

P. En casi toda Europa central y oriental los antiguos comunistas han vuelto al poder. Su país es una de las excepciones.

R. Nosotros, como socialdemócratas, somos los únicos que no somos un producto de la transformación comunista. En esos países, los comunistas cambiaron de nombre. Tenga en cuenta que los comunistas aquí fueron totalmente inaceptables: expulsaron de sus filas a todos aquellos con alguna veleidad reformisgta. En Eslovaquia [parte de Checoslovaquia hasta 1993] fue más suave, por eso allí han conseguido reinstalarse.

P. ¿Excluye absolutamente una eventual alianza poselectoral con los comunistas checos?

R. Definitivamente. Es impensable una alianza con los comunistas. Son un partido muerto y, afortunadamente, olvidado por la gente joven.

P. ¿Hay alguna diferencia entre usted y Klaus sobre la Unión Europea y la OTAN?

R. Respecto de la Unión Europea, Klaus es un euroescéptico, mientras que yo soy un eurooptimista. A propósito de la OTAN, estoy a favor de la incorporación a la Alianza Atlántica, pero tras dar la voz al pueblo checo mediante un referéndum.

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