Llanto en el estadio olímpico
Clemente reconoce el oficio y el mérito de Italia
"Hechos polvo". Iván de la Peña resumió en dos palabras el largo gemido del vestuario español. Lo Pelat expresó el sentir que, desde fuera del camerino, ya se presumía. Fue la expresión de la derrota. La otra versión la ofreció Raúl. "Nadie ha llorado", sentenció, "y todos salimos a la calle con la cara bien alta". Fueron dos formas de asumir la derrota por los dos jugadores que los pronósticos apuntaban como héroes y abandonaron el estadio marcados con una cruz por fallar sus lanzamientos de penalti.Raúl salió desafiante, orgulloso, porque no tenía de qué arrepentirse. "Estoy bien", apuntó. "¿El vestuario? Lo normal de fastidiado", prosiguió, "pero lo hemos intentado. No se nos puede pedir más. No ha podido ser. La gente puede elegir entre quedarse con el gol o con el penalti fallado, pero yo me quedo con la trayectoria de este equipo que durante el torneo ha hecho que la gente disfrutara. Todos los españoles deben sentirse orgullosos". Y acabó: "Lo fácil a veces es lo difícil".
Iván, cuando falló el penalti, se quedó solo en medio del campo. Primero Lardín y luego óscar fueron a consolarlo. Tras el partido, apareció en los intestinos del Estadio Olímpico absolutamente hundido. "Es duro", confesó. Y luego admitió que había llorado: "Sí, es la verdad. Hay que superarlo, pero es duro, porque teníamos muchas ilusiones puestas en ganar. No hago más que pensar en el penalti que he fallado, en las ocasiones que hemos tenido... Siempre te acuerdas de lo último que ha sucedido".
Entre la decepción de Iván y la valentía de Raúl quedó constancia de la resignación de Javier Clemente. El seleccionador, aquejado de una agudísima afonía, admitió que su equipo es aún demasiado tierno, sobre todo para combatir a un rival con mucho oficio "y preparado para ganar este tipo de partidos".
Clemente había lanzado el martes un deseo: "A ver si conseguimos que Italia deje de ser la bestia negra". Pero la historia se volvió a repetir. Como hace 10 años, Italia, quedándose primero con 10 y luego con 9, se proclamó campeón. "Este partido, de ganarlo álguien, solo podía haberlo hecho Italia. Tiene un gran mérito lo que han hecho: han llegado tres veces a puerta y han ganado. Y, nosotros, que jugamos con precipitación, hemos tenido nueve ocasiones y hemos metido sólo un gol. Hemos querido correr demasiado y no hemos abierto el campo". El seleccionador reconoció que, quizás, jamás se le presentará a España una oportunidad igual para proclamarse campeona de Europa. Es decir, jugando en casa -el público no cesó de animar de forma constante al equipo- y con Italia al final con nueve futbolistas. "Pocas veces tendremos esta oportunidad".
Pese a todo, Clemente subrayó que España había hecho méritos más que suficientes para ganar el partido: "Yo estoy contento con la actitud del equipo. "Yo les he dicho a los jugadores antes de empezar: 'Tranquilos. Que antes de empezar ya somos segundos'. Espero que superen el golpe psicológico y que no les afecte en Atlanta".
Óscar, cariacontecido, afirmó: "Hemos tenido ocasiones y no las hemos aprovechado. Se nos ha escapado de las manos". Jordi Lardín subrayó que había que levantar los ánimos de los dos jugadores más laureados de la selección y que prácticamente no habían fallado ningún penalti de los más de 30 que lanzaron el jueves en el entrenamiento. "Están muy afectados, pero tenemos tenemos que ayudarlos. Pero yo no estoy triste. ¿Por qué iba a estarlo? No me proclamo todos los viernes por la noche subcampeón de Europa".
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