El Kremlin cree que los comunistas falsificarán los resultados

No son los partidarios del actual presidente, Borís Yeltsin, ni el Gobierno quienes planean falsificar las elecciones del 16 de junio próximo, sino los comunistas. Esta sensacional noticia la dio, ante la consternación de los periodistas, Gueorgui Satárov, asesor de Yeltsin, durante una conferencia en la que un grupo de expertos explicó los métodos que usarán los principales rivales de Yeltsin para sus turbios fines.Los comunistas, según Satárov, no sólo pretenden falsificar las elecciones, sino que, se preparan para, en caso de perder -como el asesor presidencial no duda que sucederá-, "tomar ilegalmente el poder".

Las falsificaciones las harán los comunistas antes del recuento de votos o durante éste. Para ello, utilizarán métodos probados en los comicios de diciembre: llenarán las urnas ambulantes -que se emplean para, ir a las casas de quienes no pueden asistir al colegio electoral- con votos en favor de Guennadi Ziugánov, el candidato comunista, primordialmente en las zonas agrarias; echarán en las urnas votos ya marcados y, durante el recuento, pondrán votos dados a otros candidatos en el montón de los de Ziugánov. Esto último es fácil, según los expertos pro Yeltsin, basta que el observador demócrata se distraiga un segundo, y después es difícil de comprobar, ya que los votos se colocan boca abajo. Por eso, los resultados que muestran los protocolos de la votación de cada mesa no siempre son los correctos y de ahí la oposición de los partidarios de Yeltsin a que los comunistas lleven su propio cómputo paralelo basado en, los citados protocolos. Más aún, los rojos -que ya han comprendido que perderán- se preparan a dar un resultado favorable a Ziugánov antes de que se den los oficiales, para alegar que los comicios los ha falsificado Yeltsin y así poder sacar a las masas a la calle y tomar el poder, explicó Satárov. Y añadió: los comunistas también estudian "impedir la celebración de los comicios". Para ello piensan sacar a sus "destacamentos", organizar desórdenes y obligar al Gobierno a imponer el estado de excepción.