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Los arranques del hombre frío

Michel Domínguez inició hace semanas un camino de desmarque de las declaraciones que prestó ante el juez Baltasar Garzón a fines de 1994, causantes de una espiral que llevó a prisión a numerosos ex altos cargos y ex funcionarios del Ministerio del Interior. Opuesto por carácter y costumbres a José Amedo, Domínguez tarda más en estallar, pero cuando lo hace la onda expansiva de sus declaraciones no es menor. En abril de 1993 realizó un movimiento en solitario, y mantuvo una entrevista aparentemente de contenido humano con Garzón en su despacho. Aunque el magistrado le excarceló para realizar diligencias, finalmente no realizó ninguna bajo el argumento de que Domínguez al final se negó a declarar. El fiscal, en todo caso, no fue avisado de tal intento de declaración. Clemente Auger, presidente de la Audiencia Nacional, realizó una investigación interna sobre esta entrevista, pero la archivó al no hallar irregularidad en la conducta del juez.

Más información
Domínguez revela que mantuvo con Garzón tres citas extraoficiales en la Audiencia

Ahora Domínguez revela otras dos citas extraoficiales con Garzón en la Audiencia Nacional en noviembre y diciembre de 1994, de las que podrían existir pruebas, si no de su contenido sí de su existencia. Su abogado recuerda que Domínguez tuvo que identificarse en el control de seguridad y detallar a qué despacho judicial acudía. Domínguez estaba entonces en tercer grado, y sólo debía pernoctar en prisión.

Domínguez, a través de su abogado, aclara que habla ahora sólo por la ira que le ha despertado la acusación de Roldán, pero este preso en tercer grado, a quien Garzón logró dispensar de dormir en prisión y un régimen especial por sus declaraciones sobre los GAL, teme una eventual regresión de grado si Garzón le implica en el sumario Monbar -atentado en un bar que causó cuatro muertos- y siente la tentación de encarcelarlo como medida cautelar.

Recientemente, Domínguez dejó malparado a Garzón al declarar ante Móner que el dinero que le fue embargado a Amedo y a él en Suiza -más de 330 millones- ni se lo dieron para callar la boca ni sabe a ciencia cierta si eran fondos reservados, frente a las tesis manejadas por el juez para procesar a Rafael Vera y Juan de Justo, ex secretario de Estado y ex Jefe de gabinete, sino una mera "compensación por pérdida de trabajo". Más aún, Domínguez admite que Garzón conocía la existencia de su cuenta suiza antes de declararlo.

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