La sequía inunda las aulas
Los niños ganadores del concurso del Canal se inspiran más en la falta de agua que en su abundancia
Han aprendido bien la lección: "Con el agua no se juega". Las restricciones que sufrieron los vecinos de Miraflores de la Sierra el verano pasado calaron en 18 alumnos de segundo curso de Primaria del colegio Vicerte Aleixandre de esta localidad. Desde diciembre han estudiado el agua a través de todas sus asignaturas. Su estudio sobre el agua, junto al que han realizado los 23 niños del colegio Beato Simón de Rojas de Móstoles, comparten el primer premio del concurso del Canal de Isabel II, en el que han participado 58.100 alumnos de 383 colegios de la región.A Emilio Ovide, de ocho años, jamás se le olvidará cada vez que los grifos de su casa de Miraflores dejaban de gotear. "Me preocupa que nos pueda faltar el agua porque sin ella no podríamos vivir. Yo he aprendido a no abrir nunca el grifo mientras me enjabono", aseguró ayer el alumno durante la entrega de premios, a la que asistió el consejero de Hacienda, Antonio Beteta.
También Jessica Rodriguez, con ocho años, controla el agua que gasta ella y su familia: "Aunque ahora sí tenemos agua, a mi hermana la regaño cada vez que derrocha cuando se lava los dientes. Es que el año pasado tuvimos mucha necesidad de agua y no se puede desperdiciar. Por ejemplo, podemos aprovechar el agua de la lluvia para regar las plantas".
La profesora del colegio Vicente Aleixandre Rosa María Merino explicaba el trabajo de sus alumnos: "Todo empezó con la escasez de agua del año pasado. En una reunión con los padres de los alumnos se comentó lo mal que lo pasamos todos y quisimos. concienciar a los niños de que no deben malgastar ni una sola gota de agua.Ahora que tenemos abundancia no podemos olvidarnos de que se nos puede acabar", comentaba. Merino, a la vez que mostraba las adivinanzas, cartas, recortables, dibujos y poesías que los pequeños han dedicado al agua.
En dos enormes volúmenes está recogido el estudio de los escolares de Móstoles, titulado El agua es nuestra amiga. Y como si de una vieja amistad se tratara, los alumnos se han preguntado: "¿Y si falta... qué?". Con el apoyo de fotografias, que muestran los pantanos y ríos vacíos, los tomates y los jardines secos; los alumnos han respondido por escrito. "Pues a nuestros pisos no subiría ni gota de agua. Pasaríamos sed, estaríamos sucios. Porque si no hay agua para beber menos habrá para lavarnos a todas horas, y ducharnos, y lavar la ropa y todo eso".
Con glotonería, Natalia Miziniak explicaba su versión: "Tendríamos la cara sucia-, muy sucia, sobre todo cuando comiésemos espaguetis o nocilla. Tendríamos que comprarla y se pondría tan cara como la gasolina.
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