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CAMINAR POR LA CIUDAD

Barquillo es la "calle abismo" según los expertos

Antonio Jiménez Barca

En Madrid hay, entre otras, calles cómodas, calles íntimas y calles abismó, desde el punto de vista del peatón. El profesor de urbanismo de la escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica, Agustín Hernández, ha publicado en una revista especializada, Cuadernos de investigación urbanística, una suerte de radiografía de las calles de Madrid. Tomó 120 vías emblemáticas de la ciudad, y las ha catalogado desde el punto de vista del viandante que la recorre, tomando en cuenta la anchura, intimidad, capacidad de ver el sol y metros de acera por habitante en la calle.En el estudio destaca la calle de Barquillo (centro). Es una auténtica calle abismo, esto es, una vía estrecha, hundida y oscura. El profesor concluye que en esta calle un peatón, situado en la acera de los pares mirando a la de los impares, no puede ver el sol por encima de las casas si no tuerce el cuello. Todo, medido con el ángulo de la sección urbana con respecto al peatón. Si el ángulo es mayor de 45 grados "no permite ver el cielo desde la acera opuesta sin forzar la posición". En Barquillo es de 66 grados. Esto significa que en la mayoría de las casas enclavadas en esa calle no entra el sol por las ventanas. Una auténtica calle "expresionista", en palabras de Hernández. "Hay a quien le gusta este tipo de calles angostas, en las que parece que pasan cosas", añade.

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Diáfanas

En el otro extremo, como representación de una calle diáfana, se encuentra el paseo del Prado. Su ángulo de sección urbana no pasa de nueve grados.Otro de los aspectos medidos en el estudio es el número de metros cuadrados de acera por vivienda construida que vierte a esa calle. En otras palabras, a cuántos metros de superficie de acera tocan los habitantes de cada una de las 120 calles. Otra vez la calle de Barquillo: 2 metros cuadrados por cada vivienda construida (se calcula 100 metros cuadrados la vivienda). En el lado opuesto se encuentran las calles llenas de viviendas unifamiliares y Arturo Soria, que cuenta con 71 metros cuadrados de acera por vivienda.

El estudio también registra la proporción de acera con respecto a la calzada. La calle de Alfonso XII, en el distrito de Retiro, cuenta con la una de las más desfavorables para el viandante: un 20%. Los peatones de Fuencarral, en el centro, tampoco gozan de mejores perspectivas: un 30%, Aparte de las calles de uso exclusivo para viandantes, que obviamente disponen de un 100%, las vías madrileñas que salen mejor paradas en el estudio son las siguientes: Pablo Neruda (79%), paseo del Prado (76%) y Doctor Fleming (71%).

Hernández recorrió y dibujó las 120 calles para elaborar su artículo. En las ilustraciones figuran los coches mal aparcados. En este aspecto destaca la calle de Orense, con una doble fila a cada lado de la acera.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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