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Los 'hooligans' ya no duermen tranquilos

A 15 días de la Eurocopa, la poficía británica asalta casas de hinchas vilolentos y espera detener a 200

Isabel Ferrer

Vestido de azul cobalto con casco a juego y un brillante ariete rojo en las manos, el policía avanzó sigilosamente hacia la puerta de la casa. Eran las cinco de la madrugada del viernes en el condado de Durham, situado al norte de Inglaterra, y el agente se disponía abatir una curiosa muralla. Embistió con fuerza y la puerta cedió con el estruendo de maderas y cristales rotos sobre el suelo. Por ese agujero penetró el abanderado y tres. uniformados colegas que gritaron al unísono: "¡Policía, es la policía!".El asombrado inquilino reaccionó. Fue detenido y esposado en la cocina, situada en la planta baja de su casa. Estaba adormilado pero Conocía bien el delito cometido. Era un hincha violento dé fútbol que hace tres semanas pasó toda una tarde destrozando tiendas y mobiliario urbano tras un encuentro entre los equipos de Newcastle y Tottenham. La batalla campal, con jóvenes rivales desperdigados por las calles y pegándose, fue filmada en vídeo por la policía británica. Después de muchas horas frente a las pantallas han logrado identificar a 200 violentos. Para empezar, la redada del viernes acabó con 2 0 gamberros en el calabozo. Peter Durham, comisario de policía de Newcastle, espera detener ahora a todos los demás con ayuda de sus convecinos.

"Vamos a colgar sus fotos en todos los lugares públicos que podamos. Seremos inflexibles y queremos que lo sepan", dijo ayer algo envarado al principio, pero muy seguro después frente a las cámaras de la BBC. Sus agentes mostraron luego el botín obtenido en las 26 casas registradas: pistolas de imitación, machetes, cuchillos, insignias y propaganda sobre grupos de hinchas que actúan en otros países. "Parecen bien organizados, pero vamos a ser implacables. No toleraremos la violencia en el fútbol", remachó el oficial.

Sus palabras no asombraron a nadie. El Reino Unido lleva meses preparándose para la Eurocopa. El campeonato europeo de fútbol comienza el próximo 8 de junio en Londres con un partido entre Inglaterra y Suiza. Los vídeos se han convertido en un objeto de uso cotidiano y los agentes que cargan con la cámara avanzan siempre protegidos por un grupo de compañeros. La Operación Cosecha, que así la llamó el comisario Durham, es la mayor realizada en el Reino Unido contra los hinchas violentos. En cuatro años, no obstante, imágenes similares han servido para detener a 1.500 jóvenes. "Sólo siete se declararon inocentes".

En Londres, Scotland Yard está lista para afrontar el primer evento deportivo de esta clase organizado en su territorio desde hace décadas. El servicio nacional que recopila datos sobre los delincuentes fichados estará a disposición de toda la. policía. Los violentos no sólo serán identificados y detenidos. Cuando se trate de nombres líderes de grupos de gamberros, se ' les tratará como a "traficantes de drogas o ladrones de bancos". La policía metropolitana de Londres, por ejemplo, les abre desde hace tiempo un expediente a los detenidos y les sigue a todas partes para impedir que actúen de nuevo. No sólo conocen su dirección particular. Ha identificado a sus amigos, el pub al que acuden a beber y hasta el coche que conducen. Están tan vigilados como un presunto terrorista.

Las casas visitadas por la policía de Durham y Tyneside tenían un aspecto. corriente, de clase media o media baja. De su interior salieron toda clase de objetos contundentes y propaganda de dudosa. reputación que indica la existencia de conexiones con otros grupos extranjeros. Precisamente, éste es uno de los temores de la policía británica: que grupos hooligans se mezclen con otros llegados del continente durante el campeonato. Nadie les garantiza que no acaben riñendo entre ellos a pesar de las actitudes que parecen compartir.

La Eurocopa atraerá a unos 350.000 visitantes. Algún psicólogo, como Clifford Stott, está preocupado por la imagen que policías y aficionados tienen unos de otros. "La multitud enardecida cree que la supervisión policial es ilegal y ello puede aumentar la violencia", ha dicho al rotativo The Independent. "No sabemos lo que ocurrirá", ha contestado la policía, "pero confiamos en nuestros planes".

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