Incógnita
Vamos a vivir la época de la incógnita. En el más estricto sentido matemático de la palabra. Si políticamente, en otras ocasiones, el reto fue despejar incertidumbre, recelos o temores, lo que se plantea ahora (como un juego para unos y como una obligación para otros) es despejar la x, la incógnita. La ecuación múltiple que nos plantea el actual presidente del Gobierno no deja de ser un desafío para el más avezado de los licenciados en ciencias exactas. Los miembros de esa ecuación son, de un lado y en principio, incremento de la financiación autonómica (se desconoce si ha sido cuantificado), profesionalización del Ejército (varios estudios evalúan el coste en más de medio billón), mantenimiento de las actuales prestaciones en materia de pensiones (además del crecimiento vegetativo para mantener el poder adquisitivo de las mismas, hay que tener en cuenta que acceden al sistema muchas más personas que las que lo abandonan). La sanidad pública seguirá siendo universal y gratuita. También la educación.De otro lado nos encontramos no ya con una subida de impuestos, sino que éstos sufrirán un decrecimiento paulatino. Por si fuera poco, y para alcanzar los objetivos de convergencia, el déficit público se reducirá al 3% en 1997 (0% en el año 2001). Resumiendo, alguien tendrá que pedirle a Diógenes su linterna para que le ayude a encontrar, en este caso, la piedra filosofal con la que demostrar a todo el mundo que la cuadratura del círculo es posible-