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Tribuna
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Un himno al balón

Jorge Valdano

El Ajax de Cruyff tenía varios jugadores que variaban sus posiciones, el actual no. El Ajax. de Cruyff tenía varios jugadores creativos que se iban del libreto, el actual no. El Ajax de Cruyff tenía a Cruyff, uno de los jugadores más grandes que dio este siglo, el actual no. El Ajax actual es el mejor equipo del mundo a partir de valores distintos y colectivos; valores criados con el tiempo y desde el respeto a un modelo, a una marca noble y atractiva de entender el fútbol que ha culminado en un estilo que con mucho gusto y toda justicia podemos llamar escuela.Un portero que es tan bueno con las manos como con los pies, lo que viene a significar que es capaz de resolver problemas debajo de los palos y fuera del área, donde sale para anticiparse al peligro. Tres defensas estrictos en la marca que ganan porque adivinan, son fuertes en la disputa y tan rápidos para corregir errores como para recuperar la posición. Cuatro medios que forman la figura de un rombo: responsables defensivamente y precisos para- tocar a gran velocidad. Tres delanteros que le dan amplitud al campo y son como puñales cuando encaran.

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El toque es previsible porque tiene un itinerario obligatorio pero es ágil y difícil de controlar porque el balón viaja rápido de un pie a otro. Es un equipo de corte académico: todos controlan y le pegan al balón del mismo modo; un equipo de hábitos: todos saben lo que deben hacer en cada momento; un equipo solidario: todos se muestran para jugar y se sacrifican para recuperar el balón. Es tal el sentido colectivo que han logrado demoler a un adversario pegándole un considerable baile sin que ningún jugador deslumbre especialmente.

La abrumadora superioridad del Ajax no ofende porque es un equipo que parece haber vencido también a la emoción. Es una superioridad fría, casi de quirófano, que sólo se da el gusto de la pasión en el festejo del gol o del triunfo final. No perderán nunca los papeles porque se saben la obra de memoria, pero uno aspira en vano verles un rasgo de debilidad, al menos de duda. Imposible. Son superiores, se sienten superiores y saben de sobra que ganar el partido es un problema de tiempo porque los méritos pueden con los especuladores y hasta con la mala suerte. El Ajax es un himno al balón: el equipo que más lo respeta y que mejor lo sabe usar.

Con el balón se ponen a buscar la portería contraria tocando con paciencia y criterio hasta que encuentran el momento y el lugar para acelerar y agredir. Si el rival comete un error posicional lo descubren en cinco toques, si el rival no se deja distraer vuelven a empezar las veces que sean necesarias de la única manera que se conoce: tocando hacia atrás e intentándolo por otro sector, Con el balón buscan, con el balón descansan y con el balón defienden por el método de no prestarlo.

Sólo aquel Barça de ensueño que ganó la Liga y la Copa de Europa puso de acuerdo la belleza y la eficacia como lo hace este Ajax. Conviene no olvidar que el Barça le había pedido prestado el modelo al Ajax a través de Johan Cruyff, el alumno más aventajado de esa escuela de fútbol que ha logrado retrasar el afán depredatorio de los que juegan a no dejar jugar y pretenden hacemos creer que el aburrimiento es ganador. Escuela de fútbol que en las buenas y en las malas no ha olvidado nunca que este juego gira alrededor del balón. Y les salió redondo.

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