La pequeña gran reina de Europa
Yolanda Soler gana su tercer título europeo consecutivo en yudo
Gdansk (Polonia), 1994; Birmingham (Reino Unido), 1995; La Haya (Holanda), 1996. La categoría femenina más liviana del yudo, hasta 48 kilos de peso corporal, tiene una pequeña gran reina en Europa: Yolanda Soler. La alumna de la campeona olímpica de los 56 kilos en Barcelona, Miriam Blasco, volvió a demostrar el domingo en los Campeonatos de Europa de Yudo su superioridad continental y su candidatura a luchar por el difícil podio olímpico en Atlanta. Allí, después de sus tres títulos continentales, todo un hito ya en el yudo español, será también su tercera gran prueba de fuego a nivel mundial, que hasta ahora sólo la ha llevado a un quinto y a un séptimo puesto en los dos últimos campeonatos universales.Pero Yolanda ha logrado el triunfo continental del pasado domingo con tal autoridad que el asalto a la japonesa Ryoko Tamura, campeona en los Mundiales disputados en 1995 en Chiba, en su país, o a la subcampeona, la china Aiyue Li, es perfectamente factible. Esta última fue la que le cerró el camino en Japón con una inmovilización de la que la española ha sacado su gran experiencia. El gran mérito de la pequeña yudoka es su regularidad en la élite de un deporte donde el más nimio error te puede dejar sin opción.
Yolanda ganó en los últimos Europeos incluso por ippon -una técnica muy clara, de proyección, inmovilización o luxación- los (los últimos combates, de semifinales y final, buena muestra de una autoridad incuestionable. Desde que abandonó Madrid para irse a Alicante a entrenarse con Miriam Blasco su carrera ha ido tomando más peso específico.
Pero la escuela alicantina de Miriam -la gran ausente ya de Atlanta-, e incluso valenciana, no se queda sólo en Yolanda Soler lsabel Fernández, también alumna de Miriam, quinta en los Mundiales (le Japón el año pasado, y medalla de plata en los Europeos de Birmingham en los 56 kilos, obtuvo esta vez el bronce. Y Almudena Muñoz, la otra campeona olímpica en Barcelona en los 52 kilos, y campeona de Europa en 1993, y quinta en los Mundiales de 1995, fue quinta.
La gran actuación femenina española la completaron Cristina Curto, en los 72 kilos, y Sara Álvarez, en los 61, que perdieron como Almudena los combates por las medallas de bronce. A ambas les faltaba un simple paso para obtener el pasaporte olímpico y lo confirmaron de sobra.
También lo logró el mejor yudoka español junto al gigante Ernesto Pérez -95 kilos, ya clasificado-: León Villar, en los 86 kilos. Y Roberto Naveira, en los 150, y José Tomás Toro, en 65.
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