Vergüenza
Por una ridícula mayoría absoluta (¡!) de 274 votos, que representá en realidad menos del uno por trescientos de los 88.000 habitantes de Torrejón de Ardoz, se le ha dado a la plaza de toros de ese municipio de Madrid el nombre de Nuestra Señora del Rosario. Triste manipulación, a estas alturas, ese querer sacralizar y justificar así ese lamentable espectáculo de crueldad del que ya se avergüenza, según las encuestas, la mitad de nosotros. Más aún: las corridas de toros han sido condenadas con excomunión para sus asistentes por el papa san Pío V, autoridad no menos válida y moral que la jerarquía católica que hoy mira para otro lado cuando se profana de este modo el nombre de la Virgen María.-
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