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Asesinados 7 vietnamitas en el área de Berlín en una guerra de mafias del tabaco

La policía de Berlín encontró la noche del domingo en un apartamento en el barrio de Marzahn, en el este de la capital alemana, los cadáveres de seis vietnamitas asesinados con dos tiros en la cabeza y con las manos atadas, en lo que parece un ajuste de cuentas entre las mafías de contrabandistas de tabaco, controladas por ciudadanos de ese país del sureste asiático. En la mañana de ayer, dos mujeres jubiladas hallaron en un descampado de un pueblo de Brandeburgo, al sur de Berlín, el cadáver de otro vietnamita con las manos y pies atados, lo que apunta a un nuevo crimen de tipo mafioso.

Unos 40.000 vietnamitas viven de forma ilegal en Alemania y una parte de ellos ha encontrado su medio de vida en la venta de tabaco de contrabando a precios muy inferiores del que se expende en supermercados o máquinas automáticas. Un cartón cuesta en el puerto franco de Rotterdam (Holanda) menos de 10 marcos (unas 800 pesetas). Al consumidor alemán le cuesta en la tienda casi 46 marcos, pero si lo compra a un vietnamita en las calles de Berlín el precio se reduce a menos de 30 marcos. El negocio es redondo para el fumador, para el vietnamita de la esquina y para el mafioso de turno, que ofrece protección por la módica suma, según estimaciones policiales, de 1.000 marcos al mes. El único perjudicado en esta cadena es el fisco alemán, que estima sus pérdidas anuales por contrabando de tabaco en 1.000 millones de marcos.Además del fisco alemán también han resultado perjudicados para siempre 32 vietnamitas, que desde finales del año 1992 han pagado con su vida la actividad de vender tabaco ilegal por las calles, sobre todo en Berlín y otras grandes ciudades del este de Alemania, donde se concentra la mayor parte de la población de ilegales. La policía no ha encontrado a ningún posible responsable de los asesinatos.

En la antigua República Democrática Alemana (RDA) vivían miles de vietnamitas como emigrantes laborales, un equivalente a los gastarbeiter de la Alemania del oeste. A estos restos de la antigua RDA se sumaron otros que trataron de obtener la condición de asilados políticos y buen número de ilegales, hasta llegar a una suma total que la policía estima en unos 40.000.

Los intentos del Gobierno de Bonn para conseguir que Hainoi acoja una suma anual de vietnamitas repatriados desde Alemania han resultado hasta ahora infructuosos.

Mientras tanto, la policía de Berlín ha creado una comisión especializada en la mafia vietnamita y persigue a los vendedores callejeros, que han perfeccionado sus métodos de trabajo y ahora sirven a sus clientes a domicilio.

Al mismo tiempo las guerras de mafiosos del tabaco continúan y la policía se encuentra con el problema de que los posibles testigos vietnamitas adoptan la postura de los famosos tres monos: no ver, no oír y no hablar. Como volvió a ocurrir con la actitud de los vecinos de los asesinados el pasado fin de semana.

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