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González garantiza una oposición "con categoría humana" y sin el acoso al que le sometió el PP

Anabel Díez

El líder de los socialistas, Felipe González, se mantiene en sus trece de permitir a Aznar que empiece a gobernar sin el agobio de tener al primer partido de la oposición poniéndole palos en las ruedas. Numerosos dirigentes del PSOE acudieron a la clausura del XIX Congreso de las Juventudes Socialistas de España (JSE), ávidos de escuchar de González las líneas estratégicas. Poco sacaron en claro. "Vamos a ser un ejemplo de oposición rigurosa, de calidad y categoría humana", dijo. Los socialistas González, proclamó, no van a insultar ni a calumniar, porque no quieren que nadie sufra lo que ellos han pasado los tres últímos años. Por si alguien no se había dado cuenta, precisó que todavía no va a hablar del Gobierno: "Tiempo tendré".

González revivió ayer los dulces momentos que las Juventudes Socialistas de España le hicieron pasar durante la última campaña electoral, en la que su presencia en todos los actos era masiva, ruidosa y entusiasta. Los jóvenes socialistas se inventaron el "por consiguiente, Felipe presidente", y le aplicaban el estribillo de una pegadiza canción que dice "no pares, sigue, sigue".Casi mil jóvenes le esperaban ayer en un hotel madrileño para que clausurara este congreso, que ha elegido con el 88% de los votos a José Manuel Caballero, de 25 años, el diputado más joven de las actuales Cortes.

González anunció a los suyos que no esperen radicalismos de su actuación de aquí en adelante. "Vamos a hacer una oposición preservando la tolerancia, preservando lo que ellos no hicieron con nosotros, vamos a ser serios, sin insultar, sin calumniar, vamos a defender nuestras ideas y respetar las de los demás".

Por último, en esta declaración de intenciones, afirmó: "Vamos a ser un ejemplo de oposición rigurosa, de calidad y categoría humana". Antes había advertido que tampoco tenía previsto hablar del Gobierno que acaba de formar José María Aznar. "Tiempo tendré", dijo.

Las intervenciones en esta clausura del congreso de los jóvenes socialistas de los cantantes Loquillo y Ramoncín dieron paso a uno de los clásicos discursos improvisados de González.

Ramoncín dijo a los jóvenes que no se durmieran porque constituyen el futuro. Esto dio pie a González a reconocer que su generación y él mismo estaban actuando como un auténtico tapón que evitaba dar paso a responsabilidades de poder a las nuevas generaciones. "Ayudadme a quitar ese tapón".

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No parece, sin embargo, que hablara en el sentido estricto de que le ayudaran a marcharse, porque inmediatamente después recordó que a su edad, 54 años, es cuando los mandatarios europeos empiezan a acceder a puestos de máxima responsabilidad.

"Esa incómoda mansión"

González aseguró que había seguido con atención los trabajos de este congreso, ya que por primera vez en muchos años había salido "de esa incómoda mansión de Moncloa impropia de una familia". La frase fue acogida con grandes risotadas, porque todo el mundo recordó el desagrado que le ha producido a José María Aznar y a su esposa, Ana Botella, el lugar en donde González ha vivido con su familia 13 años y medio. Al margen de ironías, González habló de la paz, de la tolerancia, de la cooperación a través del voluntariado y en favor de los más necesitados, siguiendo el hilo de lo que han sido estas jornadas de trabajo de las Juventudes Socialistas.También criticó sin citarla a Izquierda Unida, al afirmar: "Algunos de los que decían que no hacíamos suficiente esfuerzo de solidaridad, que hacíamos una política de derechas, ahora dicen que hay que defender el Estado de bienestar". "¿Pero quién ha empezado a construirlo?", se preguntó.

Para González, el nuevo secretario general de las juventudes, José Manuel Caballero, que ha sustituido a Juan Bouza, es todo un símbolo de las nuevas generaciones. El líder socialista nunca olvidará a este joven que en Ciudad Real, en un mitin electoral al principio de la campaña, se presentó de la siguiente forma: "Me llamo Josele, soy hijo de jornalero, y gracias a las becas he podido estudiar Derecho".

El ex presidente del Gobierno escuchó con atención el discurso de Caballero en todo lo que se refería al servicio militar. Éste mantuvo las tesis oficiales del partido de sus mayores al decir que "hace falta saber si España se puede permitir de manera inmediata profesionalizar por completo al Éjército".

Después, vino el tinte heterodoxo al defender a los insumisos y apoyar su salida de las prisiones. José Manuel Caballero no llama al incumplimiento de las leyes, pero sí a cambiarlas en el caso de que la realidad social, como en este caso, vaya por otros derroteros.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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