Suspendida la conferencia de paz sobre Liberia
La conferencia de paz que se iba a celebrar hoy en Accra, la capital de Ghana, con objeto, de poner fin a la violencia en Liberia fue suspendida ayer mientras los combates entre las diferentes guerrillas rivales del país se intensificaban. La cumbre, auspiciada por los nueve países miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), fue cancelada debido tanto al boicoteo de los jefes de Estado de la zona -fundamentalmente de Nigeria, la potencia regional- como a la ausencia de los señores de la guerra liberianos.El ministro de Exteriores de Ghana, Obed Asamoali, justificó la cancelación de la conferencia por la necesidad de dar tiempo a las facciones en guerra en Liberia para volver al acuerdo de 1995 que hizo posible un Gobierno colegiado en Monrovia antes de celebrar una cumbre ordinaria de la CEDEAO el próximo mes de agosto. Una explicación diplomática que no oculta las diferencias entre los países anglófilos y francófilos del Africa Occidental ni el cansancio, como señalaron algunos delegados, de celebrar reuniones sobre la paz en Liberia sin resultado alguno. En los últimos seis años de conflicto, se han alcanzado 12 acuerdos y todos ellos han fracasado.
No obstante, y pese al fracaso de la cumbre, los ministros reunidos en Ghana se pronunciaron a favor de reinstalar en el Gobierno liberiano a Roosvelt Johnson, líder de la etnia krahn. La destitución de Johnson de su puesto de ministro de Desarrollo Rural a comienzos de pasado abril, acusado de asesinato, por el Frente Patriótico Nacional de Liberia, que dirige Charles Taylor, y es el principal grupo armado, fue la causa de la nueva ola de violencia en Liberia.
Asimismo, el propio presidente de Ghana, Jerry Rawlings, advirtió ayer a los señores de la guerra liberianos que las tropas de paz enviadas por la CEDEAO pueden ser retiradas si fracasan los esfuerzos para poner fin a la guerra civil.
Mientras tanto, los enfrentamientos prosiguieron ayer en el centro de Monrovia haciendo la situación aún más desesperada para sus habitantes. Decenas de cadáveres son quemados en las playas de la capital y otros muchos yacen en sus calles a merced de los perros. Tan sólo un hospital sigue funcionando y quedan 50 médicos de los 220 que trabajaban en la ciudad antes del estallido de los combates. En el puerto la situación es crítica. Miles. de civiles tratan de huir del país pero el billete de la esperanza cuesta 75 dólares (9.525 pesetas), una verdadera fortuna en Liberia.
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