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EL PAÍS 20 AÑOS

EL PAÍS comparte dos decadas de historia

Aznar y González, entre los casi 2.000 asistentesque festejaron los 20 años de vida de este periódico

"Si es cierto que nuestra esperanza de entonces era mucha, no lo es menos que la realidad la ha rebasado con creces". Jesús Polanco, presidente de PRISA, en la fiesta del 20º aniversario de EL PAÍS, contraponía la meta alanzada y el sueño del 4 de mayo de 1976, cuando la rotativa Marinoni se hartó de romper el papel y los nervios de quienes asistían al primer vagido del diario.A veces, los símbolos se anudan a las instituciones, de modo que si hace 20 años España era un volcán contenido hacia el cambio democrático, ayer, sin más incidencia que una lluvia a veces casi torrencial, el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el saliente, Felipe González, coincidieron en la fiesta como acto social inaugural de su primera jornada dentro y fuera del poder. Ellos y casi 2.000 personas rodearon el 200 cumpleaños del periódico.

"EL PAÍS no ha sido nunca una operación de poder, y espero que jamás caiga en esa tentación", aseguró Jesús Polanco, con la solemnidad de quien formula un compromiso público, en el acto de entrega de los premios Ortega y Gasset, que coincidía con la celebración.

El poder que llega fue el primero en hacerse presente. Esperanza Aguirre, ministra de Educación y Cultura, madrugó entre los primeros invitados y fue recibida, como el resto, por Polanco, el consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, ambos con sus respectivas esposas; José Ortega, fundador del diario, y el director, Jesús Ceberio. Para entonces, poco después de las 19.30, las salas del antiguo Museo Español de Arte Contemporaneo acogían a gentes tan distintas, como el empresario Miguel Primo de Rivera, con la resonancia histórica que acumula su apellido; o algunas de significación bien distinta, como el ex secretario general de UGT Nicolás Redondo, o políticos en ejercicio: el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano; el presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz Gallardón; o nombres ilustres ligados a la historia próxima de la banca española, como José Ángel Sanchez Asiaín, presidente de la Fundación BBV.

Eduardo Chillida, que ha soñado las formas más audaces para hacerlas piedra, hierro o bronce -o pin para la conmemoración del 20º aniversario-, compartía presencias con el gesto de cierta timidez que suele acompañar a algunos genios.

El presidente de la ONCE, José María Arroyo, precedió en muy pocos minutos al ex presidente del Gobierno Felipe González, que acudió acompañado de su esposa, Carmen Romero. Eran las 19.45 y el hasta ayer primer dirigente del Ejecutivo recorrió la exposición de los 20 años del periódico, inaugurada ayer, y sufrió el asedio de muchos compañeros de profesión con tono bien distinto desde la lejanía, aún tan breve, de sus responsabilidades. No fue locuaz, pero sí suficientemente expresivo: "Que el nacimiento de la democracia haya coincidido con la vida (le un periódico es algo singular". Después apeó la solemnidad y confesó que, en los últimos 20 años EL PAÍS le ha acompañado cada día en su desayuno.

José María Aznar encontró hueco en una jornada cargada para él de significaciones y de trabajo y, apenas despidió en la Moncloa a Manuel Fraga, acudió a la fiesta del aniversario. Y de tan buen humor que hasta posó junto a una foto suya disfrazado de El Cid y publicada hace años en este diario. El presidente del Gobierno mostró el aire de un hombre feliz y sereno, y tuvo tiempo para pedir a la esposa de Rodolfo Martín Villa, que le invitase a su molino.

Francisco Álvarez Cascos también llegó temprano, junto a su novia, Gemma Ruíz Cuadrado. Una buena parte de su actividad consistió en presentarla a los muchos que se le acercaron. Extraordinariamente afable, empeñado en contradecir el estereotipo de duro que se le atribuye, se detuvo con la prensa y habló largo y sin prisa. De EL PAÍS dijo que le impresionaba el que una empresa llegase a los 20 años "en alza" y aseguró que cuando su partido consiga 20 años de éxito, lo equiparará al del periódico.

Dos generales hicieron tertulia: José Antonio Sáenz de Santa María y Emilio Alonso Manglano; a pocos metros charlaba el ex presidente de las Cortes Landelino Lavilla con el ex ministro Enrique Múgica y el ganadero Victorino Martín.

El Gobierno saliente tuvo en la celebración varios nombres,

Como Alfredo Pérez Rubalcaba, o Javier Gómez Navarro, o el ex vicepresidente Narcís Serra. Otra vez convergieron cargos y personas porque, además del vicepresidente del Gobierno Francisco Álvarez Cascos, el otro vicepresidente del Ejecutivo, Rodrigo Rato, llegó en el momento justo en que Aznar era despedido por Polanco y Cebrián, y se sumó al saludo. Su llegada fue casualmente oportuna porque, además de con el nuevo presidente, se topó con el actual secretario general de UGT, Cándido Méndez. El diálogo, ayer, fue muy cordial.

El mundo económico se hizo presente de forma nutrida y destacada. Emilio Ybarra, presidente del BBV, coincidió con la mayor intensidad del aguacero mientras salvaba la escalinata de acceso al edificio, y pudo saludar a muchos colegas: Francisco Luzón, presidente de Argentaria; Javier Valls, del Popular; Carlos March, de la banca de su mismo apellido; José María Amusátegui, del BCH; Josep Vilarasau, de La Caixa; o empresarios como Plácido Arango José María Entrecanales, Javier Carvajal y el presidente de Prensa Española, Guillermo Luca de Tena. Desde el mundo de los tribunales acudieron Clemente Auger y Pascual Sala.

El primer director de EL PAÍS, Juan Luis Cebrián, acaba de recordar que José Luis Aranguren definió al periódico como un "intelectual colectivo". Ayer el colectivo intelectual cargó de significación uno de los empeños claves de EL PAIS. Mario Vargas Llosa encabezaba desde su madurez universalmente cuajada una lista de la última literatura de éxito, como Javier Marías o Soledad Puértolas. El cine y el teatro llevaron a Adolfo Marsillach, Manuel Gutiérrez Aragón, Fernando Trueba, Imanol Uribe o noveles como Daniel Calparsoro o Alejandro Amenábar, que con sus 24 años tiene a EL PAÍS como una referencia reciente.

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