"Me parece razonable parar el reloj de la moneda única"

El teléfono no para de sonar en su casa. Le llaman de la Zarzuela para convocarle hoy a que jure el cargo o para felicitarle. Entre llamadas, contesta a algunas cuestiones.Pregunta. ¿Por qué le ha elegido José María Aznar para ser ministro de Exteriores?

Respuesta. Creo que le inspiro confianza. Considera además que mi experiencia en la Comisión Europea y, desde esa institución, en el desarrollo de su política de cooperación es provechosa.

P. ¿Cómo valora la herencia socialista en política exterior?

R. Positiva, en términos generales. Seguiremos, por tanto construyendo sobre lo ya construido. Nosotros siempre hemos defendido los mismos ideales. Son otros los que han cambiado renunciando a opciones neutralistas y tercermundistas. Aplaudimos esa evolución.

P. ¿No va a cambiar, entonces, nada en política exterior? .

R. No en los grandes ejes. Creo, no obstante, que hay que hacer mayor hincapié en la defensa de los intereses económicos de España en el seno de la UE. Cuanto más enérgica sea nuestra defensa más popular será la construcción europea entre la opinión pública española. Las últimas encuestas señalaban un creciente desapego. Hay que lograr además una mayor unidad de acción entre la vertiente política y la económica de nuestra política exterior y entre la actuación de la Administración y del sector privado en el extranjero.

P. Algunos responsables populares anunciaron que Comercio se iba a integrar en Asuntos Exteriores. ¿No va a ser así?

R. No. Ahora bien no me parecen tolerables situaciones como la que se produce, por ejemplo, en Washington, donde la consejería comercial se niega a integrarse en los nuevos locales de la Embajada de España, que les está reservado un espacio.

P. Volvamos a la herencia socialista. ¿Han dejado a España encarrilada para poder llegar a tiempo a la moneda única?

R. Se perdieron unos años magníficos, de 1986 a 1992, con un fuerte crecimiento económico que se hubiese podido aprovechar para restaurar los grandes equilibrios macroeconómicos. En estos últimos meses se ha producido un acercamiento a los criterios fijados por el Tratado de Maastricht para tener acceso a la moneda única en 1999. Al ritmo al que se lleva a cabo, no llegaremos a tiempo. Luego será necesario un esfuerzo suplementario, empezando por la Administración, que debe ser un ejemplo de austeridad. Aznar dejó claro en su discurso de investidura su determinación a hacer sacrificios. Aun así, no va a ser fácil.

P. ¿Que pasará si cuando, aprincipios de 1998, se efectúe la selección de los países que accedan al euro, España no forma parte del grupo?

R. Me parece una idea razonable parar unos meses el reloj de la unión monetaria para que algunos más podamos subimos al carro. Es incluso probable que así sea. Será mejor dar tiempo al tiempo. Ademas, no creo que Francia desee dejar fuera a países la envergadura España e Italia conn economías competitivas.

P. Algunos socialistas sospechan que el único cambio en política exterior será con Cuba.

R. Con Cuba la UE, alentada entre otros por España, pretendía poner en marcha un acuerdo de cooperación. La tarea parece harto difícil. Acaso resulte incluso imposible porque el régimen no está dispuesto, a hacer ninguna apertura. En los foros internacionales pondremos probablemente más énfasis que el anterior Gobierno en presionar a las autoridades cubanas para que no comentan atropellos. Dicho esto, mantendremos una actitud solidaria con el pueblo cubano. Le seguiremos suministrando ayuda humanitaria a través de las ONGs.

P. Los portavoces populares han criticado a veces la tibieza socialista a propósito de Gibraltar.

R. Apoyo firmemente las últimas medidas tomadas tendentes a controlar más exhaustivamente los movimientos entre la colonia y el resto de España y a reprimir con más energía los tráficos ilícitos que allí se generan. Hay que mantener la presión y seguir buscando el diálogo para superar esa situación anacrónica. Sé que el diálogo no ha dado frutos, pero por eso justamente hay que proseguirlo.

P. En su discurso de investidura, Aznar no mencionó a Marruecos en el capítulo que dedicó a la política exterior. ¿A que se debe ese olvido?

R. En un discurso de esas características no se puede hablar de todo. La misión de Marruecos no significa en ningún caso una falta de sensibilidad por nuestro vecino.

P. Aznar sí habló del sureste de Asia...

R. Sí, y yo también lo haré con frecuencia. Es la zona de mayor crecimiento económico del mundo. En España no hay mucha conciencia del auge de Asia, aunque algunas empresas hacen en ese continente incursiones alentadoras.

P. ¿Estará España en la nueva estructura militar de la OTAN?

R. Es una gran probabilidad si conviene a los intereses de España. A mi juicio, no es necesario un nuevo referéndum, sino que basta con la aprobación parlamentaria, que se obtendría por amplia mayoría.

P. ¿Es compatible su dedicación a sus empresas con la agenda cargada de un ministro?

R. Sí, porque hace mucho tiempo que no me dedico a mis empresas. He delegado la gestión. Si de verdad quisiera sacar partido de mis negocios, debería renunciar a la política para consagrarme plenamente a ellos.

P. De todos los miembros del Gobierno, usted es el único que lleva en el partido desde que lo fundó Manuel Fraga. ¿El secreto de su supervivencia?

R. No solo en el partido, sino en el comité ejecutivo. Si puede llamársele secreto, ha consistido en trabajar con generosidad, con entrega y corriendo por mi banda sin dar codazos a nadie. Creo que no tengo enemigos y ni siquiera adversarios.

P. Aznar pidió el abandono de prejuicios. ¿Qué prejuicios debe abandonar el PP y qué prejuicios considera justo que desaparezcan respecto al PP?

R. Me considero un liberal, más bien conservador y exento de prejuicios. Y el PP es un partido en el que no me he sentido preso de ningún tipo de prejuicios. Por lo demás, yo creo que las personas de edad van a tener ocasión de comprobar que no tenían por qué inquietarse por sus pensiones. Las clases humildes y trabajadoras van a ver que nuestro sentido de la solidaridad social no tiene nada que envidiar al de cualquier otra fuerza política. Y los desempleados van a tener oportunidad de ver que la creación de empleo es nuestra prioridad.

P. Ha solido elogiar a Jordi Pujol. ¿Tienen la mísma visión comercial?

R. Admiro a Pujol por muchas cosas. Entre ellas, por su gran capacidad de trabajo y por su visión. En los años en que he sido comisario europeo hemos tenido muchísimas ocasiones de entrevisamos, de conoceros a fondo, y ha habido una buena química entre los os, un aprecio recíproco. Si además compartimos la idea e que desde la Administracion se debe intentar evualar el coste y beneficio de las acciones públicas, no creo que sea mala cosa.