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DEBATE DE INVESTIDURA

Anguita no consigue de Aznar el compromiso de investigar los GAL

Buscó, sobre todo, las ausencias. Lo que él mismo calificó de "silencios clamorosos" en el discurso de José María Aznar. Julio Anguita, el presidente del grupo IU-IC, preguntó a Aznar por lo que no había dicho. Por la exigencia de responsabilidades en los GAL, en los fondos reservados, en los documentos clasificados, en la corrupción... Pero Aznar no va a entrar a esos trapos. Anguita no logró que admitiera que su Gobierno seguiría investigando esos temas.

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Al futuro presidente Julio Anguita le advirtió de la España que se encontraría y de la oposición que le haría IU-IC. La España, un desastre. La oposición, "nítida, firme, respetuosa y, a veces, dura". Pero no consiguió lo fundamental. El líder de IU no logró que José María Aznar comprometiese a su Gobierno en la investigación del pasado. Ese pasado de los GAL, de los fondos reservados, de materias clasificadas, de la corrupción. Y no porque Anguita no insistiese, que insistió, sino porque el presidente de los populares se escurrió ante la batería de preguntas que le lanzó el dirigente de IU.Aznar se lo pudo. decir con menos palabras, pero, desde luego, no con más claridad. Bastante tengo yo con que ustedes controlen mi Gobierno -vino a decir el futuro presidente- como para ponerme yo a controlar lo que ha hecho el Gobierno anterior. Le razonó, le explicó y le pidió comprensión con esta postura y se mantuvo firme. "Es la lógica democrática", le dijo. A Anguita no le convencieron estas razones. Ni tampoco que Aznar no quisiera entrar a debatir las materias clasificadas y su entrega a la Justicia o al Parlamento. "No me pida usted esas cosas", decía Aznar mientras el líder de IU volteaba insistentemente sus gafas de leer.Sombrío panorama

Fue un duelo educado y hasta cordial. Anguita le dibujó un panorama sombrío de la España que se iba a encontrar: la primera de Europa en paro, la primera en precariedad, la primera en destrucción de empleo. Una España que es así, en parte, porque el partido de Aznar apoyó las políticas laborales que el anterior Gobierno había impulsado. Y que será peor por las condiciones de convergencia del tratado de Maastricht.

"Pero ¿dónde está la bondad de Maastricht?", preguntaba el líder de IU. Y no hubo respuesta. Tampoco la hubo cuando habló de los "silencios clamorosos" del discurso del candidato. Silencios en política industrial, en política agraria. Y dudas en algunas materias sobre las que Aznar había pasado con la suavidad del algodón. Y sin sus resultados. Consiguió a veces -es verdad- alguna concreción.

En el caso del Pacto de Toledo sobre Seguridad Social sin ir más lejos, Aznar no rechazó que hubiera reformas, pero advirtió que se harían en el seno de esos acuerdos. "Espero que ustedes, que lo firmaron, colaboren", dijo Aznar. Y Anguita contestó: "Plantearnos nuestros votos particulares. Y si el desarrollo de los pactos no es el que queremos, nos opondremos a ellos".

Anguita, en su réplica, hizo una advertencia entre sonrisas: "Mal empezamos". Fue una manera de avisar a Aznar de su escasa concreción. Y consiguió, al, menos, que el candidato profundizara en algunos temas. Pero había, en cualquier caso, una cierta complicidad. Y algún despiste. Como cuando Aznar citó primero a IC. Luego rectificaría: "Corno ustedes quieran, IU-IC".

De todo hubo. En tono conciliador, Aznar llegó a la obviedad al decir que "existen diferencias sustanciales entre IU-IC y el PP".'Naturalmente. Anguita le diría después que no se confundiera. "Si le votamos no, no es porque seamos un grupo distinto, con distintas siglas. Le votaremos no porque estamos radicalmente en contra de su política". Pero ni por ésas. Porque a Anguita incluso algunos de sus compañeros de escaño le negaron el aplauso.

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