El primer ministro australiano pide prohibir las armas semiautomáticas
Australia lloró ayer a las 35 víctimas mortales del desequilibrado que el domingo se puso a disparar su fusil en la localidad turística tasmana de Port Arthur. El primer ministro, John Howard, instó a una urgente prohibición de la armas semiautomáticas.
El duelo nacional se concentró en el funeral ecuménico (cristiano, musulmán, hindú y budista) celebrado en Hobart, la capital de Tasmania, al que asistieron los familiares de las víctimas junto a autoridades civiles y religiosas. Tras las oraciones fue cuando Howard pidió la ilegalización de armas como la usada por el asesino, un hombre de 28 años que se repone de quemaduras en el mismo hospital en que algunas de sus víctimas aún luchan con la muerte.
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