Escala en Arabia Saudí

Acabo de llegar de Etiopía en un vuelo que hace escala en Yeda (Arabia Saudí). Efectúo este viaje anualmente y ya no me sorprende que durante dicha escala entren en el avión unos funcionarios para asegurarse de que ningún viajero esté tomando una bebida alcohólica o contemplando determinadas revistas (una vez me confiscaron un dominical de EL PAÍS que contenía unas fotos de una señorita en bikini). Esta vez, sin embargo, el mal trago que representa el aterrizar en el país de La Meca se tradujo en algo más que la confiscación de una revista. Durante el vuelo se indispuso un pasajero. Al atenderlo pude comprobar que no tenía latido cardiaco ni presión arterial. Afortunadamente, el enfermo se recuperó a los pocos minutos. Al llegar a Yeda, el personal sanitario nos estaba esperando. Expliqué el caso al médico, que, tras prolongadas deliberaciones con otros funcionarios, concluyó que el pasajero no podía desembarcar al impedírselo las autoridades de inmigración. Le indiqué al comandante de la nave que no era prudente que el enfermo reemprendiera un viaje tan largo después de haber pasado varios minutos en estado de choque. El comandante mostró su acuerdo, pero, ante su negativa a volar con el pasajero enfermo, tras una larga espera, éste fue evacuado.Mi sorpresa fue grande cuando,un día después de haber llegado yo a Barcelona, el pasajero me telefoneó para contarme que ya había vuelto y que se encontraba bien pero exhausto: lo habían atendido en un hospital, y después, por carecer de visado, había sido devuelto al aeropuerto, donde había esperado todo el día.

Sabemos que las visitas a Arabia Saudí están muy restringidas. Pienso, no obstante, que, si las autoridades permiten el tráfico aéreo internacional en su país; deberían adoptar otras medidas y - prescindiendo de si los pasajeros son musulmanes o no- ser algo más comprensivas en casos de urgencia como el descrito. Si ellos desean seguir viviendo en condiciones propias de la Edad Media es asunto suyo, pero, si¡ quieren visitarnos para hacer ostentación y derroche de lujos y acudir a las fiestas marbellíes, nosotros seguiremos dándoles la bienvenida; sí, que vengan, pero que lo hagan a lomos de camello.-