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LOS PACTOS POLÍTICOS

El PP cree cumplida su previsión de un acuerdo "en el último minuto"

Los pronósticos de Génova 13, la sede central del Partido Popular, llevan camino de cumplirse. "Habrá gestos de dureza hasta el último momento y se tratará entonces de no perder los nervios", había anticipado Francisco Álvarez Cascos, el secretario general. No perder los nervios significaba no ceder bajo la presión final nada que no estuviera previsto de antemano. En siete semanas y media desde las elecciones, José María Aznar ha tenido tiempo de anunciar una negociación transparente e imponer un estilo de opacidad casi total.

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La transparencia, argumenta el PP, se producirá después, porque el contenido de los acuerdos será público y conocido por todos. Hasta que ese momento llegue, Aznar, instalado en la séptima planta de la sede central del partido, ha ordenado silencio total sobre la base de que no existe acuerdo hasta que se cierra el pacto. Todo lo que ocurre antes carece de relevancia. No es más que el camino necesario para llegar al resultado final.Los populares habían previsto desde el principio de las conversaciones una situación tensa en torno al 10 de abril, que se produjo, y otra poco antes de cerrar el acuerdo. Si las comisiones de ambos partidos culminan la tarea el viernes, su pronóstico se habrá demostrado acertado.

Fuentes de la dirección del PP subrayan que la verdadera clave del pacto se ha situado mucho más en la búsqueda de sintonía personal entre Aznar y Jordi Pujol, por una parte, y Xabier Arzalluz, por otra, que en las interminables sesiones de trabajo de las comisiones de cada partido. Y admiten, incluso, que quizá fue un error no plantear a los líderes de los partidos nacionalistas, desde el principio y con toda claridad, si estaban o no interesados en que hubiera acuerdo.

Pese a la recuperación del rumbo positivo ayer por la tarde, después de tres días de manifestaciones de disgusto de CiU y un aparente parón de 48 horas, la dirección del PP recibíó ayer la información de que en Barcelona se había avanzado "mucho, muchísimo" sin euforia y con calina.

Existen testimonios, anteriores a la reunión positiva de ayer, según los cuales el propio Aznar se había impuesto tener siempre presente la variable de ruptura definitiva y elecciones anticipadas, por dos razones. La primera, negociar con más calma y sin la presión de que hay que pactar a cualquier precio. La segunda, una preparación sicológica para hacer personalmente soportable un hipotético fracaso.

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