La nueva Bell Atlantic atenderá a 36 millones de usuarios del teléfono
La unión de Bell Atlantic y Nynex, la segunda más importante en la historia de las fusiones en Estados Unidos, ha dado lugar a una compañía que atenderá comunicaciones y servicios básicos de 36 millones de personas en 13 Estados de la costa Este norteamericana. La nueva empresa -que mantendrá el nombre de Bell Atlantic- tiene un valor de mercado de casi 52.000 millones de dólares (6,5 billones de pesetas).
La operación marca la pauta de las concentraciones en el sector, sacudido por la fiebre de las fusiones desde que el pasado mes de febrero se aprobó la liberalización de las telecomunicaciones. La fusión transmitió una oleada de euforia a Wall Street, que se tradujo en una subida superior a los 50 puntos en la apertura de la bolsa."Es una unión entre iguales, una alianza natural", señaló ayer Raymond W. Smith, presidente de Bell Atlantic, que asumirá la dirección de la nueva empresa durante su primer año de vida, y que será sustituido después por el presidente de Nynex, Ivan G. Seidenberg. Los accionistas de Nynex recibirán un título. de la nueva compañía por cada uno, que posean. Los de Bell Atlantic tendrán derecho a 1,302 títulos por acción.
Menos satisfechos que los medios financieros estaban ayer sindicatos y consumidores. Los primeros, por miedo a las repercusiones de la fusión en la plantilla combinada de 133.000 empleados, en la que se esperan serios recortes.
Temor de los consumidores
Las asociaciones de consumidores temen la asfixia de la competencia que puede provocar la creación de un gigante de este calibre, que domine las comunicaciones telefónicas locales y de larga distancia, los teléfonos celulares y el acceso a los nuevos servicios de telecomunicación en una zona tan importante de Estados Unidos, con núcleos de población como Nueva York, Boston, Washington, Filadelfia y Baltimore. "Ni consumidores ni empleados se beneficiarán, de esta fusión", según Jan Pierce, vicepresidente de la Unión Sin dical de Comunicaciones.En opinión de los expertos, sin embargo, la fusión está cargada de lógica, por razones geográficas y tecnológicas, y se inscribe en el marco del proceso de concentraciones que dejará a cuatro o cinco grandes grupos en el mercado. de las telecomunicaciones. La nueva companía establecerá su sede en Nueva York. De acuerdo con los resultados de 1995, tendrá unos beneficios anuales de 27.000 millones de dólares.
Por otra parte, los costes por tansición e integración se calcula que alcanzarán los 500 millones de dólares durante el primer año tras la fusión. La nueva entidad mantendrá una buena salud financiera, como demuestra su actual cifra de neto al contado, que alcanza los 7.500 millones de dólares. Además, se espera que la operación aumente los márgenes de flujo efectivo, con el incremento de los ingresos y la reducción de costes.
Esta fusión aún debe ser aprobada por los accionistas de ambas empresas, para lo cual se celebrarán asambleas especiales a finales de año. Asimismo, se necesitará la aprobación de las agencias correspondientes a nivel federal y nacional.
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