400.000 jóvenes aprenden un oficio en la red privada de la enseñanza a distancia

Hace 75 años una pequeña empresa familiar sevillana, tomando un tímido modelo valenciano, tuvo a bien lanzar al mercado de entonces la idea de los cursos por correspondencia. A partir de aquel momento radio y prensa salpicaron sus emisiones y páginas con atractivos anuncios proponiendo aprendizajes invitando a hincar codos al calor del hogar: construir el propio receptor de radio, hacerse secretaria en pocos meses, dominar idiomas...Hoy, esas enseñanzas por correspondencia no han perdido su soporte epistolar pero vídeos, casetes, ordenadores, correo electrónico e Internet han contribuido a modificar su nombre de pila colocando esta formación en la llamada enseñanza a distancia, de iniciativa privada.

A lo largo y ancho de todo el mundo, la enseñanza a distancia lleva un siglo funcionando y ANCED (Asociación Nacional de Centros de Enseñanza a Distancia), que engloba a 80 sedes, ha organizado el XV Congreso Europeo a celebrar en Madrid del 7 al 10 de mayo y al que asistirán directores de centros de todos los países de la UE.

Estructura familiar

En España, son centros principalmente organizados y llevados por una estructura familiar y sus redes se extienden a través de más de 700 cursos a unos 400.000 alumnos con programas de formación profesional y de técnicas empresariales que no dejan ni un sólo hueco sin ocupar en la amalgama: de oficios y profesiones: fotografía, construcción, agricultura, imagen y sonido, secretariado, informática... Pero también corte y confección, lavandería... Formación de profesorado, de aspirantes a cabo... Sin omitir aficiones dirigidas al ocio como aerobic, guitarra o gimnasia.El alumno se pone en contacto con el centro y, una vez formalizada la matrícula por correo, el centro les envía el material adecuado en forma de libros, vídeos, casetes y otros según el tipo de enseñanza y, después, "seguimos paso a paso los ejercicios, por teléfono o por correo, algunos de ellos en forma de trabajo práctico", comenta José María Bosch, presidente de ANCED y director de la escuela ETAF de Madrid.

Sobre la mesa de la tutora de corte y confección de ETAF se pueden ver varias pilas de patrones de papel que ella revisa uno por uno y varias muestras de labores. "Si alguna está mal", comenta, "se devuelve corregida". Al lado, adosada a la pared, una ventana producto de un ejercicio de carpintería metálica y, en una pantalla televisiva, un vídeo muestra. con perfecta nitidez cómo hacer el punto de escapulario, más tarde, el pespunte y, más allá, en el departamento de creación de vídeos didácticos, un técnico revisa nuevos vídeos sobre aprendizaje de droguería y perfumería.

Los cursos, tutelados por técnicos y profesores especialistas, duran, según los casos, 12 y 24 meses, y el precio de la matrícula es de 100.000 pesetas a las que hay que añadir el precio del material didáctico. Algunos están patrocinados por el INEM o por el Fondo Social Europeo. Las titulaciones no tienen respaldo oficial y corresponden a los niveles de FPI y FP2. Las primeras pueden dar acceso a las pruebas de madurez convocadas por el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) y, a partir de ahí, se puede obtener un título oficial de FP2 cursando la formación pertinente. La edad media de los alumnos está entre los 16 y los 25 años aunque también preparan a mayores de 25 años o a mujeres que se retiraron de la vida laboral largo tiempo atrás, existiendo, asimismo, centros que forman para oposiciones.