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LA LIBERACIÓN DE ALDAYA

ETA necesita 5.000 millones al año compleja organización

Sostener en pie de guerra su compleja organización terrorista le cuesta a ETA un montón de millones al año. Pisos, coches, armas, municiones, explosivos, publicidad y propaganda, compra de ordenadores y material informático, viajes, cursillos de adiestramiento, sueldos para los liberados, ayudas a los presos y refugiados en Francia y América, así como mantener todos los grupos que constituyen la cara política de ETA, suponen un fuerte desembolso para las finanzas etarras. Unos 5.000 Millones de pesetas al año, según un reciente informe realizado por la policía autonómica vasca, que incluso teme quedarse corta en sus cálculos.

Tanto la Ertzaintza como las Fuerzas de Seguridad del Estado reconocen que es imposible fijar con exactitud tanto el montante de los presupuestos generales de ETA como sus fuentes de financiación. Sólo pueden hacer un cálculo basándose en datos dispersos que, al menos, sirven de indicadores económicos. Y uno de ellos es que los activistas detenidos durante los últimos dos años disponían de sumas de dinero bastante más elevadas que en etapas anteriores. El sueldo de los taldes de reserva (en espera de ser movilizados) también ha aumentado, como parece deducirse de las cantidades decomisadas en Francia a varios pagadores de los activistas.El llamado impuesto revolucionario que ETA exige a los empresarios es una de sus principales vías de financiación, pero no la Única. Según datos de la Ertzainta, la organización terrorista obtuvo así el año pasado unos 800 millones, 25 de los cuales correspondían presuntamente a uno de los pagos a que se comprometió la familia del ingeniero Julio Iglesias Zamora, que fue liberado tras permanecer secuestrado 117 días en 1993.

Expertos antiterroristas suponen que ETA cuenta con un sistema de financiación oculto, posiblemente mediante un entramado de empresas localizado en Francia e Hispanoamérica. Esto es lo que iba buscando la policía española en Francia, siguiendo al histórico activista Juan José Rego, cuando el verano pasado desmanteló un plan para asesinar al Rey en Mallorca.

Los más de 70 secuestros perpetrados por esta organización, a lo largo de su historia, le han reportado unos beneficios de más de 4.000 millones.

ETA ha redoblado su chantaje económico, con el propósito evidente de rentabilizar el largo cautiverio del propietario de Alditrans. La siembra de cartas amenazantes se ha recrudecido en las dos últimas semanas, según reveló ayer José María Ruiz, secretario general de la Asociación de Empresarios de Guipúzcoa (Adegui).

En esta última remesa, la organización terrorista exige a pequeños y medianos empresarios, así como a profesionales liberales, el pago de cantidades que oscilan entre 5 y 10 millones de pesetas, si bien hay casos en los que la cantidad exigida es notablemente superior.

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Los destinatarios del chantaje son preferentemente pequeños empresarios y profesionales liberales a los que la banda quiere harcer escarmentar en cabeza ajena con la experiencia sufrida por sé María Aldaya en sus 11 mes de cautiverio.

La actitud de los extorsionados ante esta nueva exigencia es a incógnita, aunque la policía recibido varias denuncias recientemente. Antes del secuestro, fuentes de la Consejería de Interior del Gobierno vasco calculaba que sólo un 5% de los chantajeados accedían finalmente a satisfacer las exigencias terroristas.

Adegui confirmó ayer los nuevos intentos de extorsión, al tiempo que denunciaba y mostraba su preocupación por el daño que estas prácticas criminales originan en la actividad empresarial.

Tras indicar que la liberación de José María Aldaya "es la mejor noticia de 1996, tanto para los empresarios como para el conjunto de la sociedad vasca", Adegui llamó ayer la atención sobre el hecho de que la puesta en libertad del secuestrado se ha producido no como consecuencia de la acción policial, sino tras el pago del rescate. "Es un motivo de preocupación porque genera un ambiente negativo para la economía vasca" lo que influye, según esa organización empresarial, "en las inversiones".

Críticas para los que pagan

Consuelo Ordóñez, hermana del dirigente Gregorio Ordóñez asesinado por ETA, se alegró por la liberación de Aldaya. Pero acto seguido criticó a los industriales que pagan el denominado impuesto revolucionario. "Si ese dinero lo aprovecharan [los empresarios] para acabar con el terrorismo, estoy convencida de que no les tocarían ni un pelo a ellos y posiblemente se hubieran evitado muchos asesinatos, muchas bombas y mucho dolor ajeno irrecuperable", declaró a Servimedia.

"No entiendo cómo no hay más solidaridad por parte de los empresarios vascos para organizarse y acabar con esa extorsión", manifestó Consuelo Ordóñez. "Me sobrecoge que haya tantos que puedan estar pagando a ETA porque no sé qué puede hacer con el dinero que tiene en su poder".

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