Rusia y España se niegan a firmar el tratado africano de desnuclearización
Más de 40 países de África firmaron ayer en El Cairo el llamado Tratado de Pelindaba, que declara al continente zona libre de armas nucleares. Cuatro de las potencias que cuentan con arsenal atómico declarado (EE UU, Reino Unido, Francia y China) suscribieron también protocolos por los que se comprometen a no emplear en África la fuerza nuclear ni a amenazar con su uso. Pero no lo hizo Rusia. España, que también había sido invitada a firmar un protocolo, rechazó suscribirlo por ahora. Su adhesión podría implicar una aceptación a las inspecciones de la Comisión Africana de la Energía Atómica en las islas Canarias.Un portavoz del Ministerio de Exteriores español precisó ayer que el tratado presenta todavía 11 complicaciones de tipo jurídico y político", por lo que necesita ser desarrollado y aclarado. Además, el hecho de que deba ser ratificado por el Parlamento español, que acaba de constituirse tras las elecciones, y de que aún no se haya formado el nuevo Gobierno ha aconsejado también a Exteriores a rechazar, por el momento, la adhesión española.
Por su parte, la negativa rusa se fundamenta en la presencia de una base militar estadounidense en la isla de Diego García (en el centro del océano índico, 3.600 kilómetros al este de las costas africanas), aunque Moscú tampoco descarta firmar el tratado en el futuro.
París se adhirió también al mismo protocolo en el que figuraba Madrid, en razón de su presencia en territorios africanos. En el caso de Francia, se trata del archipiélago de las Reunión y la isla de Mayotte, en aguas del Índico.
Marruecos, que se retiró de la Organización para la Unidad Africana en 1985 tras el reconocimiento por ésta de. la República Árabe Saharaui Democrática, firmó, al igual que Argelia, el Tratado de Pelindaba, que debe su nombre a la ciudad surafricana donde se cerraron en 1995 las negociaciones para el desarme nuclear del continente tras 31 años de conversaciones. Suráfrica desbloqueó el acuerdo al desmantelar sus seis bombas atómicas en 1991. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, pidió la conclusión de un tratado similar en Oriente Próximo, que incluya a Israel.
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