Panathinaikos: un caro sueño
El año 1996 puede ser un año mágico para el equipo del todo Atenas. En fútbol pueden situarse en la final de Roma. En baloncesto, los verdes han llegado a la Final a Cuatro de París, de modo milagroso, en medio de muchos problemas internos y obteniendo un triunfo agónico frente al Benetton. Han logrado su sueño que le ha costado al propietario del club, Pavios Giannokopoulos, casi 2.000 millones de pesetas. Gran parte de ese dinero ha pagado las nóminas del entrenador Bozidar Maljkovic y de la estrella de la NBA Dominique Wilkins. Las relaciones entre ambos no son buenas. Maljkovic es un entrenador que exige mucho, en tanto que Wilkins no es el prototipo de jugador dispuesto a sacrificarse por el sistema.El sistema del Panathinaikos se basará en los fundamentos de Maljkovic: defensa fuerte, ataque lento y estructurado, y el poder del pívot Vrankpovic.
Puntos fuertes: disciplina táctica. Buena defensa y gran poder intimidatorio.
Puntos débiles: mediocre tiro exterior. Falta de un base definido.
CSKA: 25 años después
Fue en 1971. El CSKA de Moscú, entonces el equipo del Ejército Rojo, conquistó su último título europeo al batir a otro clásico de Europa: el Ignis de Varese. Dos años después, los italianos batieron a los rusos en la final de Lieja.Veinticinco años después de aquella última final conquistada, el CSKA regresa. Su técnico Stanislav Eremin está considerado un entrenador de jugadores. Su filosofía es clara: anotar más puntos que los que se conceden. El equipo ruso es joven y posee talento en todas las posiciones. El nigeriano Jullus Nwosu es muy sólido bajo los tableros. El base Vasili Karassev, el escolta latón Gundars Vetra y los aleros ígor Koudelin, Yevgueni Kissourine y Serguéi Panov forman la línea exterior más peligrosa de Europa.
Puntos fuertes: poder anotador desde el perímetro. Equilibrio en las líneas.
Puntos débiles: mala defensa. Tienden a cargarse de faltas.
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