Yeltsin asegura a Dudáiev el cese de hostilidades en Chechenia mientras continúan los bombardeos

El presidente ruso, Borís Yeltsin, envió ayer un telegrama al líder independentisla, Dzhojar Dudáiev, anunciándole que había comprobado que "las fuerzas federales han cesado las acciones militares" en Chechenia. Sin embargo, y pese a sus aseveraciones, los combates en la república norcaucásica rebelde no han cesado un solo día y ayer la aviación rusa continuaba bombardeando las aldeas chechenas. Yeltsin pronunció ayer un discurso ante el primer congreso de las organizaciones que le apoyan, en el que hizo balance de su gestión y se fijó las tareas a cumplir.

Negando la evidencia, Yeltsin aseguró que los soldados rusos terminaron las acciones militares en Chechenia y así lo anunció en sendos telegramas enviados ayer tanto a Dudáiev y otros jefes rebeldes como Shamil Basáyev, y a a Doku Zavgáyev, el jefe del Gobierno prorruso de Grozni. Pero incluso Zavgáyev ha protestado oficialmente a Moscú por las últimas acciones de los militares, que esta semana han bombardeado incluso aldeas que habían firmado acuerdos de paz y reconciliación con las fuerzas federales. Con estos acuerdos -por los cuales el consejo de ancianos local se compromete a no dejar entrar a los guerrilleros a cambio de no ser atacados por los rusos-, Zavgáyev trata de crear islas de paz, en las que no haya ni soldados ni combatientes chechenos.Inexplicablemente, Yeltsin parecía estar seguro de que las acciones militares han finalizado en Chechenia, ya que agregó: "Y puede comprobarlo el que quiera: la Duma, el Consejo de la Federación, la Fiscalía los tribunales". El presidente insistió en que no ve alternativa a las negociaciones, y dijo que los líderes de Tatarstán, Mintimer Shaimíyev, y de Kazajstán, Nursurlán Nazarbáyev, "ya han comenzado sus actividades" de mediadores entre el Kremlin y Dudáiev.

Después de hacer un balance de lo logrado en los años de su Gobierno y de los errores cometidos, Yeltsin nombró "las 10 principales direcciones del trabajo por hacer: lucha contra la pobreza basada en el crecimiento económico; defensa de la familia, la maternidad y la infancia y desarrollo de la salud pública; desarrollo de la cultura, la educación y la ciencia; lucha contra la criminalidad y la corrupción; reforma jurídica; paz en Chechenia; reforma militar; defensa de los intereses rusos en el extranjero; integración con nuestros vecinos de la Comunidad de Estados Independientes; fortalecimiento de la paz cívica en Rusia".

"Sed de revancha"

Yeltsin advirtió que si alguno de sus rivales lograra vencer en los comicios presidenciales de junio próximo entonces "tendremos una nueva serie de conflictos políticos", ya que ellos son gente "ciega por su ambición de poder y sed de revancha". "Nuestro deber para con la memoria de los millones de personas martirizadas en los campos de concentración, para con nuestros niños, para con nuestros descendientes es impedir que los neoestalinistas, los fascistas y los extremistas lleguen al poder. ¡Rusia debe entrar en el siglo XXI sin estas inmundicias!", manifestó.

A pesar de que las encuestas siguen mostrando que el comunista Guennadi Ziugánov es el favorito en las elecciones, Yeltsin asegura que en junio será reelegido. "No dudo de la victoria. A los que tienen los nervios débiles les pido que guarden la calma y no se apresuren a cambiar los retratos en sus despachos. En este momento crítico para el país no tengo derecho a dejar el timón del Estado ruso. ¡Eso no ocurrirá!", exclamó.

Mientras tanto, otros cuatro candidatos presidenciales participaron en una acción conjunta contra la guerra en Chechenia. El ex líder soviético Mijaíl Gorbachov, el economista Grigori Yavlinski, el general Alexandr Lébed y el microcirujano oculista Sviatoslav Fiódorov intervinieron en un mitin de protesta celebrado en la céntrica plaza de Pushkin. Al mitin asistieron sólo unas 2.000 personas.