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Las exportaciones españolas dirigidas a Portugal rozaron el billón de pesetas el año pasado

Las exportaciones españolas a Portugal son superiores al conjunto de toda la venta exterior a Latinoamérica y consolidan a España en 1995 como primer suministrador de Portugal, posición que ostenta desde 1992. Durante 1995, las exportaciones españolas a Portugal alcanzaron los 951.160 millones de pesetas, mientras las importaciones procedentes de ese país supusieron un total de 421.663 millones de pesetas. Estos datos se encuentran recogidos en informes reservados que hace el departamento económico y comercial de la Embajada española en Lisboa.

Desde la adhesión de ambos países a la entonces Comunidad Europea (CE), la intensificación de los intercambios bilaterales "ha constituido un proceso sin interrupciones, pudiendo decirse que desde entonces el ritmo de aumento del comercio entre ambos países ha duplicado al de sus respectivos. intercambios globales". Desde 1985 a 1992, "las exportaciones españolas globales", según el último, informe, "crecieron a una media anual del 7,25%, mientras las dirigidas a Portugal lo hacían al 16,14%. Del lado portugués, las ventas al exterior se incrementaron a un ritmo del 5,8% anual, frente a las destinadas a España, que registra ban una tasa del l0,6%".En 1993, las exportaciones españolas a Portugal continuaron experimentando un alto grado de dinamismo: "El crecimiento de dicho flujo comercial fue de un 22,71 %, su perior, pues, al incremento medio de nuestras exportaciones a los países de la CE (15,84%)". Esta dinámica ha tenido como resultado "un significativo aumento de nuestra cuota de mercado en Portugal, que crece en una media de un punto porcentual cada año".

Quinto cliente

En 1994, según se desprende de los datos oficiales, "Portugal se convirtió en el quinto cliente de España, absorbiendo el 7,78% de las exportaciones españolas, porcentaje superior al del pasado año (7,63%). Por delante se encuentran Francia (20,12%), Alemania (14,19%), Italia (9,21%) y Reino Unido (8,21%)".

"La importancia relativa", precisa, "que Portugal posee en el conjunto de nuestras ventas al exterior queda patente cuando se comprueba que su pego como cliente (7,78%) es superior al de todas nuestras exportaciones globales a Iberoamérica (5,90%),, Estados Unidos (4,92%), el conjunto de los países asiáticos (4,48%) o el Magreb (2,61%)". Por su lado, España mantiene su posición como tercer país comprador de Portugal, por detrás de Alemania y Francia.

Durante 1994, las exportaciones españolas a Portugal alcanzaron un valor de 762.584 millones de pesetas, "lo que representa un incremento del 35,44% frente a 1993, revelando una vez más un dinamismo superior al de todas nuestras exportaciones a la Unión Europea (22,06%) y al total de todas nuestras exportaciones (21,8 1 %)".

Las importaciones españolas procedentes de Portugal ascendieron a 343.201 millones de pesetas, lo que supone un crecimiento del 20,79% con respecto al año anterior.

Durante el año pasado, el comercio bilateral ha continuado intensificándose a un ritmo fortísimo. Las exportaciones españolas a Portugal ascendieron en este año a 951.160 millones de pesetas y convierten al país vecino en el cuarto cliente, por delante, incluso, del Reino Unido.

Los principales productos que España vende a Portugal son vehículos y sus accesorios, barras de hierro o acero sin alear, papel higiénico, toallitas, pañuelos, pavimentos cerámicos, aluminio en bruto, motores de émbolo y oro. Por su parte, las empresas portuguesas exportan al mercado. español hilos y cables, aceites de petróleo, pasta química de madera, trajes, chaquetas, pantalones, papel, cartón, bombonas" botellas y materiales textiles para el hogar.

Un destino atractivo para los inversores

La economía portuguesa se ha convertido en el principal foco de la inversión en el exterior de las empresas españolas. Las inversiones españolas directas en Portugal durante el trienio 1992-1994 ascendieron a 404.000 millones de pesetas.Más de la mitad de esa cantidad corresponde al último año (244.000 millones), lo que supone más del doble de las registradas en 1993 (104.000 millones) y cuatro veces más que las correspondientes a 1992 (56.000 millones). Un ascenso imparable.

Actualmente existen en Portugal más de 3.000 sociedades con capital español, frente a las 200 empresas establecidas en España con capital portugués. La incorporación de Portugal a la Unión Europea ha reforzado el interés del empresariado español por invertir en proyectos implantados en Portugal. El crecimiento de la economía portuguesa, por su parte, no ha defraudado esas buenas expectativas en el país vecino.

Estas cifras configuran a Portugal como "el país receptor de aproximadamente dos tercios de nuestra inversión directa en la Unión Europea (frente al 4 1, 1 % de 1993) y del 24% de la inversión total española en el exterior en l994".

El informe político-económico bilateral destaca que "Portugal se ha convertido en los últimos años en el primer destino de nuestra inversión directa en el exterior y sólo en el año 1994 ha ocupado la segunda posición del ranking, debido a las inversiones que coyunturalmente fueron realizadas en Perú (gracias a la operación llevada a cabo por Telefónica Internacional en ese país latinoamericano).

Este espectacular aumento de las inversiones en los últimos años coincide con el incremento de las exportaciones españolas a Portugal y tiene Como objetivo, según el informe, "consolidar las cuotas de mercado alcanzadas y servir de plataforma para futuros incrementos".

Actividades financieras

Desde el punto de vista sectorial, las inversiones se han dirigido principalmente a las actividades financieras, con 63.000 millones de pesetas (el 73% del total), seguidas a gran distancia por la alimentación, las bebidas y el tabaco, con 9.627 millones (11,1%), y la construcción, con 4.055 millones (un 4,7%). Las comunidades autónomas de Madrid, Cataluña y Cantabria constituyen los núcleos de mayor inversión directa. Durante el primer semestre de 1995, la inversión en Portugal alcanzó los 85.325 millones de pesetas.

Por su parte, las inversiones portuguesas en España, escasísimas hasta 1988, comenzaron a despuntar a partir de 1991. Entre este año y 1994, Portugal invirtió en nuestro país un total de 88.000 millones de pesetas. España es el primer destino de las inversiones portuguesas. Según el Banco de Portugal, España absorbió en 1992 y 1993, respectivamente, el 54,4% y el 77,8% del total de la inversión lusa en los mercados exteriores.

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