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Los masones salen a la luz

La Gran Logia de España por dentro: 2.000 hombres que dicen luchar por la libertad y la justicia

Son unos 2.000 en toda España. Médicos, arquitectos, empresarios, profesores de universidad, algún miembro de la milicia y hasta taxistas. Ninguna organización ha despertado en España pasiones tan encontradas y feroces como la masonería. Para sus detractores, la orden ha aglutinado en su seno todo el mal del mundo por su carácter secreto y oculto. Aseguran que los masones han promovido la revolución allí donde se encuentran, han perseguido a la Iglesia católica, pisan crucifijos en las logias y han trabajado en pro de la desintegración de España.Por el contrario, los masones explican que en las logias se aprende a ser tolerante, se trabaja en pro de la libertad y la justicia, y que en ellas se admite a cualquier creencia religiosa. En las filas de la masonería hay que incluir a buena parte de la realeza británica y a muchos presidentes norteamericanos. Fueron masones Mozart, John Wayne, Walt Disney, Daoíz y Velarde, Ramón y Cajal, Heriry Ford o André Citroén. Enfrente, como adversarios, han estado todos los papas, con excepción de Juan XXIII y Juan Pablo II, el Opus Dei, Stalin y Franco.Durante el franquismo se les persiguió con saña y a todo lo que a las autoridades les parecía que podía tener relación con la institución. Incluso muchas personas que no creen que las logias sean un foco de conspiración permanente contra la sociedad desconfían de todo lo que pueda sonar a masónico. En cambio, en Estados Unidos hay tres millones de masones y unos 800.000 en el Reino Unido; en ambos países gozan de un gran prestigio social.¿Cuál de las dos posiciones se ajusta a la realidad? Tras la elección del nuevo gran maestro, la masonería ha abierto las puertas de sus logias para indagar cómo es esta institución por dentro.Josep Munté tiene 82 años, vive en Barcelona, es el gran secretario de la Gran Logia de España (GLE), y ha pasado buena parte de su vida reorganizando la masonería regular española como brazo derecho de Lluís Salat, gran maestro de la orden, hasta el fallecimiento de éste. Las peripecias personales de Munté han sido en buena medida también las que han sufrido los masones españoles durante el régimen anterior. Ha sido prácticamente la única institución de antes de la guerra que no ha recibido una reparación pública en la época democrática, tal como ha sucedido con partidos políticos, sindicatos, excombatientes republicanos u otras confesiones religiosas. Munté ingresó en la orden en Barcelona en 1937, coincidiendo con su incorporación al frente como teniente de su briga- Pasa a la página siguiente Viene de la página anterior da. Al acabar la contienda, y recién casado, él y su esposa embarazada de cuatro meses ingresaron en la cárcel, en donde estuvieron varios años. Una vez restaurada la democracia, Salat y Munté, a los que pronto se unió Tomás Sarobe, reconstruyeron la orden a partir de 1979, año en que abrieron diversas logias en España dependientes de la masonería regular de Francia. La implantación de ésta en un país necesariamente debe comenzar por la tutela de otra gran logia extranjera, normalmente de un país vecino. La GLE se independizó el 6 de noviembre de 1982 y fue reconocida por las grandes logias regulares de todo el mundo. Munté define la masonería como una asociación libre de hombres independientes que sólo dependen de su conciencia y ponen en práctica un ideal de paz, amor y fraternidad. En las guías telefónicas de Barcelona y Madrid figura su teléfono a nombre de la Gran Logia de España, así como en Internet, dirección del servidor: http://www.wsite.es/GLE. El local de Madrid, situado en la mesocrática calle de López de Hoyos, 80, es una instalación modesta de dos plantas, que utilizan por turnos todas las logias de Castilla. El de Barcelona, situado en la Gran Vía, 617, es algo más amplio. Perfeccionamiento moral Según la Constitución y los reglamentos generales, la GLE tiene como objetivo el perfeccionamiento moral de la humanidad, y como medio de propagación, una verdadera filantropía a través de costumbres y ritos simbólicos. Toma como valres fundamentales la tolerancia y el respeto a las opiniones de los demás. El famoso poema de Rudyard Kipling If.. (Si ... ) está considerado como un código de los ideales masónicos. Desde un punto de vista profano, la masonería tendría un para lelismo con cualquier orden religiosa de seglares si no fuera porque, de forma ex presa, los hermanos explican que no es una religión, tampoco una escuela filosófica, ni ofrece la salvación eterna, aunque se declara compatible con cualquiera de las religiones monoteístas.Sin embargo,- Sarobe recalca que es condición fundamental para ingresar en ella que cada miembro crea en un ser supremo, que los masones llaman GADU (siglas de gran arquitecto del universo).No importa cuál sea el concepto o la imagen que tenga de Dios, ni la religión o el culto que practique, o que no tenga ninguno. Esto es lo que diferencia a la masonería regular de las demás obediencias, denominadas irregulares, que no exigen la creencia en el GADU -y con frecuencia han sido abiertamente contrarios a la religión, además de participar muchas veces, y de forma muy activa, en política. La GLE no hace proselitismo ni busca extenderse a toda costa. El ingreso de nuevos adherentes se efectúa por expresa- petición de los aspirantes, a los que debe presentar otro-hermano. Deben ser mayores -de edad y gozar de buena reputación. Al candidato se le hacen varias entrevistas para conocerle bien y saber cuáles son las motivaciones que le empujan a entrar en la GLE. Una vez que tiene el visto bueno, se efectúa la ceremonia de ingreso como aprendiz. Las prioridades de un masón deben ser primero su familia, después él mismo, y, finalmente, la orden masónica. Los integrantes de la GLE son en su mayoría profesionales liberales, abogados, médicos, arquitectos, industriales... ni muy ricos, o poderosos, ni tampoco procedentes de las capas sociales más bajas. En cuanto a las motivaciones que les llevan a la masonería, todos buscan una plataforma de encuentro, con el lema: "Mejórate a ti mismo mejorando a todos los demás". Luego puede primar en algunos la parte indudablemente esotérica que la orden tiene; otros se sienten más a gusto con la vertiente social de confraternizar con personas de otros ámbitos; no faltará quien pretendía ampliar su círculo de relaciones para desarrollar sus propios intereses, y una minoría puede sentirse atraída por la faceta de club. Hay profanos que se dirigen a la masonería en busca de cosas extravagantes, como practicar la alquimia, estudiar los ovnis o actividades similares. Nada de esto es cierto. El número de masones regulares en España está en tomo a los 2.000, un tercio son británicos y de otras nacionalides europeas. Según las constituciones de la masonería regular, en cada país sólo puede haber una organización. Los extranjeros que se instalan de manera permanente no pueden depender de la masonería de su país de origen, sino del que les acoge. En cuanto al número de masones de las obediencias irregulares, este es sensiblemente inferior, apenas unos 300. En total, hay unos 2.300, cifra que dista mucho de los casi 5.000 que había en 1936. Uno de los principios tradicionales de la orden es que no se admiten mujeres, aunque algunas logias irregulares han organizado reuniones informales con las esposas o las parejas. Cataluña y Madrid son las zonas en las que hay un mayor número de seguidores, por ser los lugares más poblados y de más tradición masónica. Luego vienen Canarias, Baleares, Marbella y la costa medite- rránea, en donde hay muchas logias debido a los jubilados ingleses que han escogido esos lugares para vivir su retiro. Hay algo en Castilla y León, Galicia, Aragón y País Vasco. En Andalucía, Málaga y Cádiz, dos puertos de mar con tradición liberal, pero apenas existe nada en Sevilla y no hay ninguna logia en Extremadura. Los masones se reúnen en las logias o templos. Las reuniones formales se llaman tenidas. Allí se habla de asuntos diversos, pero nunca de política o religión, que son dos temas que contribuyen más a separar que a unir, toda vez que en ellos el individuo pone buena parte de sus sentimientos. En estas reuniones se trabaja con un determinado rito -puede variar de unas logias a otras, incluso dentro de la misma obediencia- o pautas de procedimiento. Cada logia celebra por mes una o dos reuniones de estas características, que tienen por objeto "el cargar pilas", en palabras de José Concha, que ha sido gran maestro provincial de Castilla. Solidaridad de grupo Concha afirma que "con el rito se trata de crear una atmósfera en la que todos nos sentimos inmersos". De esta forma se estimula la solidaridad del grupo, al mismo tiempo que se promueven las virtudes masónicas de respeto a los demás, tolerancia y solidaridad entre los hermanos. A los aprendices no les está permitido hacer uso de la palabra en las tenidas, para resaltar la humildad y el camino de aprendizaje en el que se hallan inmersos. Después de las tenidas hay una cena, con menos formalismo, en la que todos pueden hacer uso de la palabra, incluidos los aprendices. Se respetan las opiniones de todo el mundo. Concha resalta que "siempre se buscan los puntos de acuerdo más que el resaltar las discrepancias".En estos ágapes siempre se brinda primero por el Rey; después, por todos los jefes de Estado de los países en los que no se persigue a la dúden; en tercer lugar, por el gran maestro, y, finalmente, por todos los compañeros que viven en la pobreza, en la desolación o que están ausentes. Las asambleas generales de carácter anual se comienzan escuchando en pie el himno nacional. Estas reuniones están presididas por la bandera española, la de la comunidad autónoma, la de la ciudad y la europea. Según la Constitución y los reglamentos. generales de la GLE, "en las logias se guarda lealtad al soberano o jefe de Estado, y se promueve el someterse a las leyes y respetar a las autoridades legalmente constituidas". Cuando un Gobierno prohibe la orden, la obligación de ésta es disolverse para esperar mejores tiempos.Para entender la razón y el ser de la masonería hay que remontarse a los constructores de las catedrales góticas (o grandes iglesias) de la Edad Media. La tarea de tallar la piedra y levantar los muros hasta una altura que entonces causaba asombro era un trabajo ímprobo que requería mucha destreza, dedicación y sabiduría. Los riesgos personales y la posibilidad de que la fábrica se viniera abajo eran muy considerables. Por estas razones, los masones operativos (albañiles, talladores de piedras y constructores) se organizaron como gremio, sindicato, escuela profesional y cofradía de socorros mutuos. El secreto profesional se guardaba celosamente para que no lo supiera la competencia. Hacia el siglo XVII, la construcción de grandes templos cristianos tocaba a su fin, al mismo tiempo que en Inglaterra los gremios de masones aceptaron la inclusión de miembros honorarios que no se dedicaban de manera específica a la construcción. Estaban interesados en los principios morales que los constructores observaban, en su simbolismo y en la generosidad y fraternidad de la cofradía. Así nació la masonería moderna o especulativa. La primera logia se fundó en Londres en 1717, con los fines y principios antes descritos. Seis años más tarde, dos pastores protestantes -Anderson y Desaguliers- redactaron las Constituciones de Anderson, donde se estatuía que ya no se trataba de levantar iglesias góticas, sino de construir la catedral del universo o el templo de Salomón, es decir, una mejor humanidad para honrar al GADU. Los hombres eran ahora bloques de piedra que era necesario tallar. . Fuera de Gran Bretaña, fue en Madrid la primera logia que se organizó para los ingleses que vivían en la ciudad. También pasó a Francia, pero en este país muchos masones abandonaron la creencia en el GADU y adoptaron el objetivo de cambiar radicalmente la sociedad.La masonería irregular de Francia fue la que más influencia tuvo en España, identificándose con las causas liberales y revolucionarias, y practicando muchos de sus adeptos el anticlericalismo. Fue la que patrocinó abiertamente la reunificación italiana en la monarquía de los Saboya, combatiendo el poder temporal del Papa. Esta es una de las causas de la ácida enemistad de la Iglesia católica por la masonería, y de la rama irregular de ésta por aquélla, y que provocó la condena absoluta del Vaticano, levantada recientemente por Juan Pablo II. En España, el encono fue más profundo debido a la actitud adoptada primero por el absolutismo contra los liberales. Éstos encontraron en la masonería de obediencia francesa una organización, entonces secreta, que se ceñía perfectamente a sus fines políticos. Históricamente hablando, fue el liberalismo el que se sirvió de la masonería, y no al revés. Un capítulo relevante en la lucha ideológica antimasónica lo protagonizó el Pasa a la página siguiente Viene de la página anterior francés Gabriel Jogang Pagés, que publicó varios libros con el seudónimo Leo Taxil en los que elaboró la doctrina del carácter, satánico de la masonería y se inventó una amplia gama de cultos anticatólicos. A pesar de que años más tarde confesó que había sido producto de su imaginación, los católicos más exaltados siguieron creyendo en sus libros, en las ceremonias satánicas y misas negras en las logias, y en el placer especial que experimentan los masones pisando crucifijos.Durante el régimen anterior se hizo de la masonería, junto con el comunismo, él principal enemigo de España. El mismo Franco sostuvo esa teoría hasta el 1 de octubre de 1975, en la última manifestación que presidió en la plaza de Oriente (por cierto, un nombre con reminiscencias masónicas, puesto que el lugar está justo en el occidente de Madrid). Ya desde los primeros, tiempos de su régimen Franco había ordenado la lucha implacable contra la masonería al ordenar que se construyera en Salamanca, en donde hoy se encuentra la sección de la guerra civil del Archivo Histórico Nacional, una falsa logia masónica con objeto de desprestigiar a la orden. Se trajeron materiales de una logia de Gijón y objetos de otras. La construcción de la logia no se ajusta a las pautas establecidas por la masonería para levantar uno de sus templos; simplemente, pretende causar un impacto negativo en el visitante. El museo se finalizó en 1948, y apenas estuvo abierto hasta que hace dos años se puso a disposición del público con el enunciado La masonería vista por el franquismo. En 1995 la visitaron 8.108 personas. El museo tiene una pequeña sala de pasos perdidos con objetos masónicos reales (mandiles, collares, insignias) y una galería de masones ilustres del tiempo de la II República, la mitad de los cuales nunca lo fueron; por ejemplo, el primer presidente, Niceto Alcalá-Zarnora, católico practicante al que probablemente en su fuero interno no le gustaba. la orden. O Manuel Azaña, jefe de Gobierno y segundo presidente, que fue a una tenida, no le convenció la ceremonia y no volvió más. "Con esto se pretendía equiparar república a comunismo y masonería", afirma Miguel Ángel Jaramillo, director de la sección de la guerra civil del AHN. Además, hay una logia y una pequeña cámara de reflexión, ambas sacadas del contexto real. Los tribunales del régimen anterior represaliaron a un número de personas tres veces superior al de masones que había en 1936 y que, según el experto J. A. Ferrer Benimeli, no llegaban a 5.000. Bastaba ser familiar de un hermano de la orden o tener en casa como curiosidad algún símbolo masónico para ser detenido. En otros casos, cuando se quería condenar a alguien y no había cargos, se le acusaba de ser masón, actividad, por otra parte, perfectamente legal antes de la guerra. Todos estos documentos, al igual que los referidos a los partidos republicanos y las centrales sindicales, "han servido ahora para investigar la verdad histórica y para que muchas personas puedan tener una pensión como miembros que fueron del Ejército, republicano. Lo que entonces era una desgracia, ahora es una bendición", comenta Jaramillo. Entre estos documentos están los procedentes de la Generalitat de Cataluña, que junto a los del resto de España forman un todo homogéneo, referido exclusivamente a la represión de la masonería y de los partidos políticos. Según Jaramillo, "se trata de un todo indisoluble ligado a una época de la historia de España. Son documentos de los que se incautó el régimen anterior para luchar contra sus enemigos o, lo que es lo mismo, contra los que ellos consideraban ser los enemigos de España". Católicos y masones La celebración del funeral católico de Luis Salat en la basílica de Santa María del Mar, una de las iglesias de más solera de Barcelona, con la autorización expresa del arzobispo, cardenal Ricard María Carles, parece señalar el comienzo de una etapa de tolerancia social para la masonería. La misa fue oficiada por mosén Josep Dalmau, quien resaltó en la homilía "el reencuentro entre dos colectivos que han vivido en confrontación y a la geña porque cada uno pensaba del otro que era intrínsicamenté perverso". Tomás Sarobe, ahora gran maestro de la GLE, manifestó tras el funeral que la etapa que: ahora se abre es de continuidad, y negó que vaya a producirse un relevo generacional.Es difícil que en poco tiempo se borren más de dos siglos de antipatías. Josep Munté ve el futuro con optimismo "porque el mundo está muy necesitado de ella", y recuerda que los fundadores de la Cruz Roja Internacional y los Boy Scouts eran masones, así como un gran número de diputados del Parlamento Europeo.

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