Giscard d´Estaing abandona, hoy la presidencia de la Union para la Democracia Francesa
El ex presidente francés (1974-1981) Valéry Giscard d´Estaing dejará hoy el último cargo importante que aún desempeñaba: el depresidente de la Unión para la Democracia Francesa (UDF), que él creó en 1978 para tener una fuerza que le respaldase en su aventura como líder del centro-dere'cha no gaullista. La reunión de los 1.721 miembros del Consejo Nacional de la UDF en yón servirá para desvelar el nombre de su sucesor entre cuatro candidatos.
Desde 1981, Valéry Giscard d'Estaing corría tras lo que ha ,bía sido, empeñado en repetir la experiencia. Derrotado por FranQois Mitterrand en 1981, traicionado entonces por su aliado Jacques Chirac, siete años más tarde verá Cómo es Raymond Barre el que le cierra el paso y le impide ser primer ministro de la cohabitación con el presidente socialista. En 1995 será de nuevo candidato presidencial de la UDF, pero la derecha presenta entonces dos candidatos gaullistas -Balladur y Chirac- y ve cómo sus tropas de la UDF optan por seguir al primero y marginarle. Nacido en 1926, alumno de las prestigiosas escuelas Politécnica y ENA, Giscard se incorpora a la Administración Pública en 1954, es diputado desde 1956 y secretario de Estado para el Presupuesto en 1959. Tres años más tarde es nombrado ministro de Finan zas y Asuntos Económicos. Al frente de la Federación de Republicanos Independientes, momentáneamente unido a Jacques Chirac, logrará con vertirse en 1974 en sucesor del presidente Pompidou a base de derrotar al gaullismo histórico encarnado por Chaban Del mas. Europeísta convencido, la presidencia de Giscard topa con la crisis económica y con su extravagante populismo aristocrático. En mayo de 1995, admite que "la fase activa" de su vida política se acaba. En 1995 es derrotado cuando intenta ser elegido alcalde de Clermont -Ferrand. Es la humillación que hace rebosar el vaso, y el orgulloso Giscard tardará seis meses en darle la mano a su vencedor, el socialista Roger Quillot.
Giscard, que sigue siendo diputado y presidiendo la comisión de Defensa, es una víctima más del síndrome del joven prodigio. En el mundo de la política francesa, dominado por un anciano como De Gaulle y por una generación forjada en la II Guerra Mundial, él ministró a los 33 años y presidente antes de cumplir los 50, aparecía como el relevo generacional.En 1981, Mitterrand le dejó como un boxeador sonado. Alos 55 años veía cómo todos intentaban jubilarle. La UDF, un inestable paraguas en el que se protegen seis partidos, no ha sido para él el trampolín para un nuevo éxito, pero sí una plataforma desde la que continuar conspirando. Pero Giscard sabía que todos sus aliados lo eran sólo momentáneamente, que en la UDF la puñalada por la espalda es norma. Ahora, al retirarse, intentará ser fiel a ella y dificultar,al máximo la victoria del favorito, François Léotard.
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