David Packard, empresario
David Packard, una de las leyendas de la revolución tecnológica de Silicon Valley, murió el martes de neumonía, a los 83 años, en el hospital de la Universidad de Stanford. En 1939, con 26 años, reunió 538 dólares y fundó con su amigo William Hewlett la empresa que lleva el apellido de los dos socios. La sede de Hewlett-Packard fue un garaje de Palo Alto, California. La compañía es ahora la segunda empresa de ordenadores de EE UU, después de IBM, con 102.000 empleados e ingresos de 31.500 millones de dólares en 1995.Aquel garaje, bautizado como cuna de Silicon Valley, es uno de los lugares de interés histórico de California. Packard explicaba así el motor de la empresa: "Nuestra idea era que si uno no puede encontrar un trabajo, tiene que creárselo". Los dos socios tiraron una moneda al aire para decidir el orden de sus apellidos en la firma y se pusieron a trabajar en un oscilador de sonido para equipos de grabación. Disney les compró ocho y los usó en la película Fantasía. Con beneficios desde el primer año, se afianzaron después de la guerra mundial. En los años setenta, Hewlett-Packard pasó de los equipos electrónicos de control de sonido a la informática, con innovaciones tan importantes como la primera calculadora de mano o la primera impresora de chorro de tinta.
David Packard fue pionero de un espíritu empresarial basado en la creatividad individual y en el respeto y la confianza hacia los trabajadores. Siempre en sintonía con su socio, creó el estilo Hewlett Packard, en el que se trata de "mantener un ambiente organizativo que estimule la motivación individual, las iniciativas y la creatividad, y un amplio espacio de libertad en la elaboración de objetivos y metas". Fiel a estos propósitos, la empresa ha estado en la vanguardia de la flexibilidad de horarios y de la participación de los empleados en el negocio.
Packard consideró siempre un grave error la distancia que los altos ejecutivos marcan con los trabajadores de sus empresas. Llamado familiarmente Dave por sus empleados, nunca dejó de mantener el contacto con todos los niveles de la plantilla de los centros de trabajo de Hewlett-Packard. Una de sus recomendaciones para triunfar más conocida era ésta: "Haz algo útil y luego olvídalo y haz otra cosa, no presumas de ello".
David Packard, que alternó la actividad empresarial con la filantropía y la política -colaboró con las Administraciones de Nixon y Reagan y apoyó a George Bush en 1992-, se retiró en 1978 del día a día de Hewlett-Packard, pero volvió en 1991 para liderar, con éxito, la recuperación de la seria crisis que atravesaba la empresa. Escandalizado por las pensiones multimillonarias de los grandes barones empresariales, David Packard anunció, cuando dejó definitivamente la presidencia de la compañía en el año 1993, que seguiría asesorándola "sin cobrar un centavo".-
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