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Sala insinúa que aceptará las seis dimisiones del Poder Judicial

A menos de 12 horas de la Constitución de las nuevas Cortes el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Pascual Sala, insinuó anoche en Barcelona que a partir de hoy puede aceptar en bloque las dimisiones presentadas por seis vocales del Consejo, con lo que éste quedaría legalmente incapacitado para tomar decisiones en pleno por falta de quórum.

El mínimo establecido es 14 de los 20 miembros, aunque actualmente sólo están cubiertas 17 plazas. En esta situación de grave crisis institucional -con dos propuestas frustradas de destituir a Pascual Estevill y un creciente enfrentamiento entre los sectores conservador y progresista-, la comisión permanente tendría que hacerse cargo del funcionamiento del órgano de gobierno de los jueces, que quedaría virtualmente paralizado hasta su renovación por las Cortes.

Prolongación de funciones

En unas declaraciones deliberadamente inconcretas, Sala incluyó una advertencia sobre la situación a la que parece abocado el Consejo, que, según dijo, "ha cumplido con exceso la prolongación de sus funciones, que debían haber cesado en noviembre de 1995, y esta faceta junto con el clima del Consejo, con la apertura de nuevas Cortes Generales, tiene un tratamiento independiente de las consideraciones que anteriormente existían para retrasarlas o para no aceptar" las dimisiones.

Los dimisionarios son Juan Antonio Xiol, Ignacio Sierra, Ana Pérez Tórtola (nombrados los tres a propuesta del PSOE) y Javier Gómez de Liaño (propuesto por el PP), magistrados de carrera que desean volver a sus respectivas plazas judiciales, y los abogados Soledad Mestre (PSOE) y Rafael Sarazá (IU).

El presidente del Consejo preguntó ayer a estos seis vocales si se ratificaban en su renuncia al cargo, a lo que todos respondieron afirmativamente.

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Por la tarde, Sala clausuró en Barcelona un seminario sobre el nuevo Código Penal organizado por el Centro de Estudios Jurídicos de la Generalitat. Después del acto de clausura, anticipó que la decisión sobre todas las dimisiones será la misma: "No cabría distinguir entre una u otra dimisión, y habría que considerarlas unitariamente, porque, incluso la de Gómez de Liaño y alguna anterior, han sido también relacionadas con el clima que el Consejo ha vivido últimamente por desgracia".

Cuando se le preguntó si a partir de hoy, con el Parlamento ya constituido, podría aceptar las dimisiones para forzar su renovación, Sala dijo que "cualquiera que sean las prioridades que tengan las Cámaras, no eximen de la urgencia y de la necesidad de no aplazar [la renovación] más que por el tiempo estrictamente necesario".

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