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Entrevista:RICARD PÉREZ CASADO - ADMINISTRADOR EUROPEO DE MOSTAR

"El trabajo más duro ya está hecho"

Ramón Lobo

Ricard Pérez Casado, de 50 años, socialista, alcalde de Valencia durante casi 10 años, hasta diciembre de 1988, es el nuevo administrador de la Unión Europea (UE) en Mostar, en sustitución del alemán Hans Koschnick, quien deja un cargo repudiado por croatas y musulmanes. Pérez Casado será el encargado de organizar las complicadas elecciones en Mostar. Regresa a la política por la puerta grande, tras dejarla en precario después de un enfrentamiento con el entonces poderoso Joan Lerma. Reconoce que lleva varias noches durmiendo mal. "Esta noche, casi nada", dice sin inmutar la sonrisa. Los impulsores de su candidatura han sido el alcalde de Barcelona y presidente del Comité de Regiones, Pasqual Maragall, y el ex ministro de Defensa Julián García Vargas. En la trastienda de su nombramiento está el secretario general de la, OTAN, Javier Solana, a quien define como "amigo personal".Pregunta. ¿,Qué va a conseguir un español como administrador de Mostar que no haya logrado un alemán?

Respuesta. Quizá dialogar más con la gente... Hay una química que puede funcionar... Aquello también es de alguna forma Mediterráneo, son gentes muy diversas; aquí también lo somos de algún modo. Venimos de un origen, si no multiétnico, sí multicultural, sin duda. Creo que pueden ser factores que ayuden a mantener el listón. Koschnick, en situaciones peores de las que vamos a estar nosotros, ha conseguido muchas cosas.

P. El trabajo más duro, el más impopular (la división de los barrios de la ciudad), ya está hecho. A ustedes les toca la parte más bonita...

R. Sí, el trabajo más duro ya está hecho. Pero quedan muchas cosas por hacer. No sé si el mandato del lfor [fuerza multinacional de aplicación de los acuerdos de Dayton] y el nuestro, que va en paralelo [y que acaba en diciembre], será suficiente.

P. Koschnick habla de tres años.

R. Sí, ya lo leí el otro día. Siempre decíamos los alcaldes, como broma, que en los primeros cuatro años sólo se hacen los programas y en los otros cuatro es cuando empiezas a hacer un Palau de la Música. ¡Ja! No creo que ésa sea nuestra misión.

P. Los españoles cada vez nos estamos colocando mejor. Antonio Pedauyé como último jefe de la ONU en Bosnia, Javier Solana en la OTAN, usted en Mostar. ¿Cómo ha recibido el Partido Popular su nombramiento? ¿Le acusa de haber sido colocado?

R. La dictadura fue nefasta para las relaciones de España con el mundo. Nos quedamos al margen de todo. Respecto al PP, mis noticias son que se les ha consultado formalmente y que han aceptado mi nombramiento cómo una cosa normal e incluso útil.

P. ¿Qué puede hacer un ex alcalde de Valencia por Mostar?

R. Quizá la experiencia de gestión. Un alcalde es algo muy complejo. Es un gerente, un financiero o un relaciones públicas de su ciudad. Es un hombre orquesta. Esa versatilidad es un elemento que se tiene en cuenta. Lo menos difícil es administar, lo más complicado es templar a las gentes.

P. ¿Un administrador español impulsará las inversiones españolas? Porque ése es un aspecto muy descuidado. Ni siquiera tenemos Embajada en Sarajevo. El embajador vive en Viena.

R. Nuestra obligación es ser Unión Europea. Y con respeto a los otros socios de la UE, tenemos motivos para que se nos agradezca la presencia de 1.500 soldados tres años, y el coste económico, y los 15 muertos que hemos padecido. No sería anómalo que, en igualdad de condiciones, nuestros paisanos pudieran contribuir a la reconstrucción.

P. Uno de los conflictos con los que se va a encontrar es la tensión entre croatas y musulmanes. Todos coinciden en que Dayton descansa en la federación croata-musulmana y ésta, en gran medida, se mide en Mostar.

R. Es una cosa que me intranquiliza. No es sólo administrar" una ciudad herida, destruida en sus infraestructuras, sino que hay que lograr proyectos que la gente incorpore como propios. Esto no es lo que me asusta más. Lo que me intranquiliza es cómo lograr que ese acuerdo político, que efectivamente descansa en la federación, se incorpore a la normalidad de cada día.

P. ¿La ayuda económica puede contribuir a superar el odio, o éste lleva otra dinámica?

R. Puede contribuir a la normalidad civil. Las ayudas a la reconstrucción económica significa tener a la gente trabajando. La gente trabajando suele tener menos virulencia.

P. Mostar ha sido la perlita que ha cogido la Unión Europea, pero ¿cree usted que la UE lo ha merecido?

R. Aquí quisiera ser muy cauto. No me gustaría, como mandatado de la Unión, expresar una serie de opiniones personales que en estos últimos cuatro años he podido mantener. Entiendo que se toma esa responsabilidad para compensar actitudes...¿templadas, podríamos decir? Menos enérgicas.

P. La Unión Europea se enfrenta a una conferencia intergubernamental el próximo viernes; se habla de primera y segunda velocidad, pero en voz baja todos reconocen que no se van a poder cumplir los plazos del euro... Parece que ésta es una Europa sin ideas nuevas.

R. Si no hay unas propuestas con ambición, nunca habrá avances. La única manera de tirar de un carro es marcándose un horizonte, por muy duro que sea.

P. Pero el leguaje interno de la UE no parece adaptado a los cambios externos: caída del muro, hundimiento de la URSS, guerra en la antigua Yugoslavia...

R. Siempre hay un desfase. Es más fácil cambiar una estructura física en una ciudad, y de eso tengo experiencia, que cambiar los hábitos de pensar y actuar.

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