Hagan algo, señores
Aunque soy habitual lector de EL PAÍS, el viernes 22 de marzo ha caído en mis manos El Mundo. La curiosidad de la que siempre tuve gala me ha hecho ojear sus primeras páginas para comprobar si en estos nuevos tiempos había cambiado algo su línea editorial. Sólo he leído un artículo, y precisamente se refería a ustedes. El título: PRISA boicotea la estabilidad para proteger sus negocios. Ha sido algo impresionante, tremendo... e invito a los lectores de EL PAÍS a que busquen en las hemerotecas y lo lean, para que puedan ver hasta dónde puede llegar el odio, el retorcimiento y el afán destructivo del prójimo en algunos seres humanos.En psicología hay un término que se denomina "la sombra". Se refiere a aquellos aspectos oscuros que viven en uno mismo y Pasa a la página siguiente
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que incomoda descubrir. El crecimiento psicológico se produce cuando la persona reconoce estos aspectos oscuros como parte suya y hace un esfuerzo consciente y responsable por asumirlos, comprender su origen y, después, tratar de erradicarlos.
Por desgracia, hay bastantes casos en los que esto no ocurre así. Para muchos es tan terrible descubrir la mierda que hay dentro de uno mismo que acaban cayendo en lo que en psicología también se llama "fenómeno de la proyección". Esto es: la mierda, lo oscuro, se saca fuera, se proyecta y se acaba viendo en los demás, Y entonces -ahora sí- se puede combatir, porque lo espantoso ya no está en uno mismo, sino en el prójimo.
El diario El Mundo, escribiendo lo que escribe en ese artículo, es un gran ejemplo de este perverso mecanismo. Un mecanismo que si no se detiene a tiempo puede acabar en la más peligrosa de las patologías. Hagan algo, señores. La impunidad con la que se mueven algunos editorialistas y comentaristas de El Mundo sólo es equiparable a la que, en estos momentos gozan los miembros de Jarrai. Hagan algo, de verdad-
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