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Serrat quema sus demonios con la 'nova cançó"

"Si he contribuido a fomentar la tolerancia, me siento satisfecho" afirma el cantante

No ha querido tener ni proyectar un espíritu de nostalgia, ni hacer una antología de la música de la transición, pero Joan Manuel Serrat admite que "es inevitable" que existan esos dos elementos en Banda sonora d'un temps d'unpaís. Son 34 canciones emblemáticas de la nova cançó en versiones de Serrat. Un trabajo homogéneo y conciliador que ha servido al autor de Mediterráneo para saldar cuentas con el pasado. En un acto simbólico Serrat ha decidido dar sólo dos conciertos y no volver a cantar en un programa las canciones de este álbum doble. "Es algo que representa mucho trabajo, mucho esfuerzo, mucha pasta y en lugar de hacer una gira para amortizarla, se le pega fuego como a una falla y se le quema", dice.

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Un instrumento de lucha

Quien escuche el nuevo disco de Joan Manuel Serrat sin saber lo que fue la nova canço, difícilmente podrá imaginar los conflictos que rodearon su creación, evolución y muerte anunciada. El autor de canciones como Paraules d'amor, sin embargo, dice que no ha habido autoindulgencia en esta selección de la nova cancó, que hace tabla rasa de todas las tensiones que se generaron, dentro y fuera de ella, limitándose a rescatar lo más valioso."Yo creo en la memoria, creo que sin memoria es imposible hacer nada ni personal, ni colectivamente", afirma Serrat. "Peleo siempre a- favor de la memoria. Pero de la misma manera peleo en contra del rencor, porque creo que el rencor es uno de los peores aliados del progreso. Cualquier tipo de mal rollo que pueda haber existido siempre ha sido personal y nunca ha sido con la cançó, ni mucho menos con el pueblo que la hizo posible. Por lo tanto, en este sentido, no hay ningún tipo de indulgencia, como tampoco he hecho ningún tipo de exclusión personal al hacer mi revisión de esa época. He escogido las canciones que pasaban por mi memoria, por mi feeling y por mis emociones. Todas forman parte de un patrimonio que, aunque esté firmado por otros, es mío también".

Casi treinta años son más de una generación y los que se acerquen hoy a este movimiento a través de este álbum, tendrán una visión algo parcial de lo que sucedió. "Ellos la van a ver sin algunos condicionantes que la crearon", admite Serrat. "Por ejemplo, es una canción escrita bajo el látigo de la censura, por eso termino la revisión en 1975. El lenguaje después de la muerte del dictador se modifica totalmente, de manera asombrosa, en sólo un año. Igual que aparece el destape en las revistas y todo es tetas y culos, pues la gente que escribe empieza a contarlo con otro lenguaje que no pasa por la censura, del censor, sino por la autocensura a la que uno se somete siempre en un Estado de excepción. Esto no va a aparecer, en cambio sí va a aparecer la, calidad de estas canciones".Sujeto colectivo

El disco empieza con un tema, Letanía, eminentemente político que no había llegado a grabarse nunca hasta ahora. "Fue prohibida siempre y fue cantada siempre de forma clandestina por cualquiera de nosotros, porque fue una canción que no tuvo un cantor determinado".

Ése fue otro de los elementos distintivos de la nova cançó, que con frecuencia aludió a un sujeto colectivo, un nosotros antes que un yo. "Yo suelo decir que el fenómeno de la cançó no es producto de unos autores que escribían canciones, es producto de un pueblo que las hizo suyas".

No todo fueron rosas dentro de la nova cançó y se hablaba entonces ya de dos bandos enfrentados: el de Raimon -defensor de cantar exclusivamente en catalán- y el de Serrat -bilingüe- ."Hubo puntos de vista distintos al respecto, sobre todo en esos momentos. Pero ésta es una discusión que hoy no tiene ninguna validez, más que la que corresponde a aquel tiempo. El mismo hecho de haber sobrevivido a todo aquello, no yo sino todos nosotros, y seguir encontrándonos y reencontrándonos ha cambiado muchísimo. La prueba evidente es mi relación con Raimon en este momento, en el que somos buenos amigos".

Serrat se mantuvo durante años entre dos fuegos. "A mí me han puteado por cantar en catalán en ámbitos no catalanes y me han puteado por cantar en castellano en ámbitos catalanes. Pero sería injusto decir que esto es lo que ocurría de forma generalizada. Uno tiene que obrar en con secuencia con las decisiones que toma y yo siempre he estado con vencido de por qué decidí un día cantar en castellano, aunque nunca decidí no cantar en catalán".

Una actitud, por lo menos, incómoda, que sin duda ha colaborado, con el tiempo, a cierta normalización del bilingüismo. "Si yo he contribuído a fomentar la tolerancia con mi trabajo, me sentiría satisfecho. Si he fomentado la tolerancia, la solidaridad' y la justicia, aunque esto último es muy difícil, me siento bien".

El disco no sólo incluye canciones de compositores de la nova cançó, sino otros cuatro temas de Brassens, Brel, Leonard Cohen y Garner-Burke, cantados en catalán. "Habría que decir primero que estos temas se cantaban en catalán, porque eran canciones traducidas. Están ahí porque son cuatro refencias obligadas a esa época. Se cantaban porque Brassens y Brel fueron dos grandes referencias para los que empezábamos a escribir canciones. Uno aprende a escribir canciones escuchando lo que hacen otros, elaborándolo, estudiándolo".

A pesar del tiempo transcurrido, la historia de la nova caneó parece siempre entretejida con la política. Este disco, preparado con paciencia y esfuerzo desde hace más de un año, sale a la vente en un momento político en el que Cataluña y lo catalán vuelven a jugar un papel determinante. "Son cosas que no podía prever cuando empecé a grabar este disco. En noviembre de 1994 gobernaba Felipe González y no podía presagiar que coincidiría con el momento político actual. Son cosas que pasan, pero no creo que tenga mayor importancia. Pero si este trabajo, en las presentes circunstancias, ayuda un poco a discurrir por los caminos de la memoria, que tanta falta hace, pues estupendo".

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