Abusos y palos

Atocha, estación AVE Renfe, día 21 de febrero, 10.15.Cuando iba a coger un taxi fui testigo de una brutal paliza propinada por dos guardas de seguridad a un mendigo; puñetazos, patadas y porrazos eran los argumentos que utilizaron sin recato y que sólo interrumpieron ante mis críticas y las de otros ciudadanos que les recordamos que aquel desgraciado era también un ser humano, por muy molesto que fuera, y que si había realizado alguna acción delictiva, su obligación era entregarlo a las fuerzas de seguridad del Estado.

Los Prosegur / Rambo se comportaron como matones callejeros, haciendo un flaco favor a la imagen de los profesionales de este sector y olvidando por completo que su oficio en un Estado de derecho debe desenvolverse siempre respetando los derechos básicos de los ciudadanos.

Este hecho pone en evidencia la escasa preparación y profesionalidad de algunas empresas de este sector de seguridad que reclutan a trabajadores sin preparación y que basan sus boyantes beneficios en los bajos salarios que les pagan y en no gastar nada en su formación.

La dignidad de un país se mide por el trato que es capaz de dar a los débiles y marginados; todos los ciudadanos tendríamos que ser conscientes de que, cuando se abre esta veda peligrosa, los primeros palos van siempre a otros, pero los siguientes nos pueden llegar a cualquiera de nosotros.-