Pasacalle 2
Quisiera, desde estas líneas, llamar la atención de las autoridades responsables y a su vez dar una idea al sufrido conductor que precisamente paga sus impuestos a dichas autoridades. Con ello he conseguido que mi deambular por el asfalto de Madrid se convierta en una conducción divertida y emocionante.A diario hago el recorrido Vicálvaro-Ventas, vía avenida de Daroca. Al principio, esto era un ataque de nervios dos veces al día (ida y vuelta); ahora, todo ha cambiado; he convertido mi coche en una gran pantalla de realidad virtual, y mi itinerario, en un apasionante videojuego, tal y como a continuación relato:
Ocho de la mañana. Salida de Vicálvaro por la calle de Casalarreina. Nos encontramos con algún obstáculo inmóvil a modo de sorpresa, como, por ejemplo, unas obras, y varios obstáculos móviles que consisten en seis camiones de reparto de butano (situados en hilera), a los que hay que rebasar antes del inicio de la avenida de Daroca; la puntuación es doble (cada camión son 100 puntos), en caso de explosión de alguno de ellos, estallarían los otros cinco, con lo cual finaliza el juego.
Otros obstáculos a rebasar son dos hormigoneras y un número aleatorio de camiones (cada uno, 125 puntos).
Al llegar a la avenida de Daroca -dirección centro urbano-, la prueba consistirá en esquivar los innumerables baches y agujeros que pueblan la calle en ambos sentidos, llegando a resaltar en el conductor que supere la prueba una gran frialdad y pericia al volante (superación de la prueba, 250 puntos). Llegamos a la rotonda de la M-40, un peque ño oasis en esta dura prueba (aunque se convierte en una trampa mortal al caer la noche y no existir iluminación; prueba superada, 500 puntos), y pasa mos a una nueva tanda de baches y socavones que a duras penas dejan ver si alguna vez hubo allí asfalto. La prueba es propia del Granada-Dakar, pero, gracias a la habilidad del conductor y al nuevo par de neumáticos instala dos en el vehículo, podremos su perar la prueba (en este tramo, la puntuación será de 300 puntos, incrementándose en otros 300 los días de lluvia, ya que el agua que anega la avenida no deja ver los baches).
Rebasado el semáforo del cruce de la calle de Fuente Carrantona, la velocidad aumenta, pero también tenemos baches a un lado y otro de la calzada, convirtiéndose la marcha en un continuo zigzag hasta el siguiente semáforo (prueba superada, 100 puntos).
A partir de aquí tenemos un pequeño relax hasta el atasco del semáforo dé la calle de Alcalá, a pesar de algunos obstáculos intermitentes, que son el camión de la basura y el autobús 106, fáciles de rebasar (50 puntos cada uno). Ya desde el semáforo de Alcalá y en dirección al puente de Ventas, los nervios y la emoción afloran, hay que alcanzar la avenida de los Toreros antes de las 8.30; si pasamos esta prueba, podremos comentar con los compañeros de ruta quién ha conseguido la mejor puntuación y hacer de la rutina crispante un bonito juego. Señor alcalde, señor concejal: no nos arreglen las calles, sería muy aburrido.-
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