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REVELACIÓN DESDE EL COMA

Isabel Ferrer

El 24 de abril de 1994, Geoffrey Wildsmith, un músico británico de 19 años, se asomó por la ventanilla de un tren en marcha y sufrió un tremendo golpe contra la pared de un túnel o contra otro tren que transitaba en dirección contraria. Al menos eso indicaba el atestado policial. Con el cráneo fracturado y con pérdida de masa encefálica, los médicos creyeron que nunca se recuperaría del coma profundo en que entró. Se equivocaban. Ayudado por un ordenador, ha podido comunicarse ahora. Para sorpresa de todos, asegura que lo suyo no fue un accidente. Unos desconocidos trataron de asesinarle. Wildsmith no puede hablar aún, pero sí mueve el dedo meñique de la mano derecha. Los especialistas que le atienden lo notaron y trataron de comunicarse con él. Un ordenador accionado mediante un botón y unido a un timbre, además de un alfabeto codificado, han hecho el resto. Letra por letra, el joven ha revelado que no sacó la cabeza para airearse. Unos desconocidos le asaltaron y trataron de matarle. Como si de una novela policiaca se tratara, Ron Wainer, detective de la policía ferroviaria británica, estaba al pie de la cama de Wildsmith cuando éste hizo tal declaración. La policía encontró restos de tejido en el suelo y la ventanilla y creyeron que se mareó y no vio el túnel o el otro tren. Cuando le encontraron hace dos años, yacía en medio de un charco de sangre con la cabeza abierta. Ahora han iniciado una nueva investigación. Marie, su madre, ha reconocido que está muy confusa. "Siempre creímos que se trataba de un accidente. Resulta difícil hacerse a la idea de algo más macabro".-

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