El Madrid cae en su escenario maldito

El Tenerife consiguió doblegar al Real Madrid por un contundente resultado, aunque en esta ocasión las expulsiones de Hierro y Alkorta fueron determinantes en el posterior desarrollo del encuentro. De todas formas, el conjunto canario cumplió su cometido, aprovechó las ocasiones y, con la inferioridad numérica de su rival, sólo tuvo que esperar a que los minutos pasaran y llegara el final de un devaluado encuentro.El Madrid pareció dejar la iniciativa al Tenerife, aunque con presión en su defensa para dejar en fuera de juego a los jugadores blanquiazules. La lluvia y el viento fueron dos elementos más a tener en cuenta, puesto que el balón se movía con gran rapidez tanto a ras de césped como cuando iba por el aire. Esto hizo que cualquier jugada fuera imprevisible ante los resbalones de los futbolistas o los cambios de dirección del esférico.

En el primer cuarto de hora el Real Madrid se acercó poco al área de Ojeda, y era el Tenerife quien trenzaba las mejores jugadas con Robaina como hombre de referencia en ataque. De todas formas, el Tenerife no descuidaba la retaguardia y, como se esperaba, Heynckes puso a César Gómez pegado a Zamorano. Por el otro bando las chispas saltaban del duelo Pizzi-Alkorta, que al final del partido iba a ser clave.

Tras el tanteo inicial, pareció que ambos equipos intentaran dar la primera pegada contundente con llegadas claras de Felipe y Luis Enrique, que desbarataron Buyo y Ojeda respectivamente. El juego fue bastante embarullado y en la recta final del primer tiempo se convirtió en brusco e incluso violento a raíz de un codazo que propinó Pizzi a Alkorta. Esto aumentó las revoluciones del defensa vasco, que minutos después fue expulsado al ver la segunda tarjeta amarilla por una fuerte entrada a Robaina.

Fue precisamente Robaina -el más destacado del primer tiempo- quien volvió a desequilibrar a la descolocada defensa madridista e inició una jugada que acabó con un centro desde la derecha de Llorente, que no pudo atajar Buyo. El rechace fue recogido por el propio Robaina, quien anotó y dejó al Real Madrid en, inferioridad, no sólo numérica sino también en el marcador.

Si la recta final del primer tiempo fue clave en el desarrollo del partido, el primer cuarto de hora de la segunda mitad fue definitivo. Tras el gol conseguido por Pizzi al saque de una falta de Chano, dos minutos más tarde Daudén Ibáñez interpretó como agresión un manotazo de Hierro a Felipe lo que supuso la expulsión del jugador madridista.

A partir de ahí, el partido se rompió aunque el Real Madrid sacó fuerzas de flaqueza, reforzó su defensa con Fernando Sanz e intentó acercarse lo más posible al área de. Ojeda. A medida que pasaban los minutos, el conjunto de Arsenio dio el partido por imposible y el Tenerife sólo se dedicó a contemporizar y a buscar de vez en cuando aumentar su ventaja. Sólo hubo tiempo para que Daudén Ibáñez se equivocara en una jugada que parecía penalti claro sobre Robaina y para que Pizzi aumentara su cuenta goleadora con un tanto en el que Buyo volvió a fallar.