Decepción

Soy ATS, profesión a la que me siento muy orgullosa de pertenecer y a la que he entregado los últimos 25 años de mi vida profesional. De dichos años, los 15 primeros se desarrollaron en trabajos hospitalarios en la clínica de la Concepción. Posteriormente, buscando una jornada laboral acorde con mis obligaciones familiares de madre y esposa, pasé a trabajar en el Insalud, donde me dieron, en 1986, un contrato de interina. Desde esa fecha he desempeñado mi actividad profesional en el área 4 de Madrid (los últimos siete años, en el ambulatorio de Vicente Muzas,13). En dicho centro he luchado junto con otras compañeras por desarrollar una enfermería eminentemente profesional, no administrativa, centrada en la atención al enfermo como persona y no como un numero de cartilla.Los resultados de mi, labor durante estos 10 últimos años pueden verse plasmados, entre otros, en la atención domiciliaria realizada con el máximo cariño y profesionalidad a numerosos pacientes, no sin encontrar dificultades y carencia de medios. Sirva de ejemplo que los desplazamientos los he tenido que realizar en mi automóvil particular, cubriendo yo los gastos.

Como premio a esta entrega y dedicación recibí noticias de la dirección de enfermería por las que fulminantemente debería de cesar en mi trabajo debido a que otra persona que se encuentra actualmente en excedencia iba a ocupar mi plaza.

Quiero dejar constancia de mi tremenda decepción y tristeza por un sistema de contratación que, como en mi caso, hace perder el trabajo que los profesionales de la sanidad venimos desarrollando durante los mejores años de nuestra vida laboral.

Confío en que mis ilusiones y labor profesional no se tiren por la borda y que, antes de engrosar las filas de los trabajadores en paro, se busque una solución justa por parte de los responsables competentes.-