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Entrevista:

"En Madrid cada vez hay más librerías de viejo"

Guillermo Blázquez, de 52 años, presidente del Gremio Madrileño de Comerciantes de Libros Usados, cree que la pasión por los volúmenes añejos es como un veneno. Este hijo y hermano de libreros ha organizado, junto a otros adictos al mismo arsénico, el Primer Salón del Libro Antiguo, que se celebra del 7 al 10 de marzo en el hotel Reina Victoria. La cita, a la que han acudido venticinco libreros de Barcelona, Valencia, Sevilla San Sebastián: Londres y Bilbao pretende poner al alcance de los bibliófilos volúmenes de una calidad superior a la de otras ferias. "Se ha hecho un esfuerzo para traer ejemplares que los libreros tienen en su colección particular y que, habitualmente no sacan a la venta".

Pregunta. ¿Es un Salón sólo para iniciados?

Respuesta. Nos dirigimos sobre todo a bibliófilos y a bibliotecas públicas, a todos los que buscan raros ejemplares para complemento de sus colecciones. Aunque también tratamos de llegar a grandes lectores con buenas bibliotecas pero ignorantes de la filosofía del libro antiguo.

P. ¿Cúal es esa filosofía?

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R. El contacto. La forma de coger amor al libro antiguo es tener contacto con él, tocarlo, verlo.

P. ¿Cuál es son los tesoros del Salón?

R. Hay un códice musical de 1460, autógrafos reales de los Reyes Católicos, grabados de Goya...

P. ¿Y los precios?

R. Un 75% de los libros cuestan de 10.000 a 50.000 pesetas y luego hay joyas con precios millonarios.

P. ¿Tiene Madrid afición al libro antiguo?

R. Sí, la mayor parte del mercado del país, tanto de coleccionistas como de libreros, está en Madrid. Cada vez hay más clientes jóvenes.

P. ¿Se trata de un comercio en alza?

R. Sí. Sin contar la cuesta de Moyano, con cinco o seis casetas dedicadas a este sector, hay unas cuarenta librerías de viejo en Madrid. Hace diez años eran la mitad. Pero, los libros de calidad cada vez son más escasos.

P. ¿Existe un mercado negro como en el arte?

R. Yo diría que no. Uno de nuestros mejores clientes es el Estado. El gremio colabora con el Ministerio de Cultura y siempre que hay algún hurto nos lo comunican para dar a conocer los datos a nuestros agremiados y evitar que adquieran algún libro de mala procedencia.

P. Las ediciones a cien pesetas son la antítesis de lo que ustedes defienden.

R. Yo creo que no. No hay libro malo, ni antiguo ni moderno. El libro de cien pesetas actual es el pliego de cordel del siglo XVIII hoy apreciado y casi inencontrable. Aquellos romances de ciego se cantaban por las calles y también se acababan tirando.

Salón del Libro Antiguo. Del 7 al 10 de marzo. Hotel Reina Victoria. Pza. Santa Ana, 14.

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