El incendio que destruyó el autocar de Bailén no fue provocado por el turismo contra el que chocó
El incendio del autocar siniestrado en Bailén el pasado día 28 no fue provocado por el turismo que provocó el accidente, en el que perecieron 29 personas. El fuego se inició debajo del conductor del autocar, según las conclusiones provisionales de un informe elaborado por técnicos del Instituto de Investigación del Automóvil de la Universidad Politécnica de Madrid (INSIA).Hay pocos siniestros de la severidad del de Bailén, afirma Francisco Aparicio, director del mencionado instituto. Tras examinar in situ las causas de la catástrofe, Aparicio ha desmentido las informaciones publicadas inicialmente sobre el origen del incendio que causó tantas víctimas.
"La investigación no va a ser tan sencilla como pensábamos, dada la gravedad del siniestro", afirma. El turismo que originó la colisión al invadir la calzada donde circulaba el autocar no ardió. "Tras el choque lateral con el autocar, salió despedido del impacto, hizo un giro y apareció en la cuneta deformado en sus dos terceras partes a unos ocho metros; por lo demás estaba intacto, sin ningún rastro de fuego".
Según Aparicio, éste es uno de los accidentes más severos a los que se han enfrentado: "Hay que tener en cuenta que el choque se produjo a unos 180 kilómetros por hora, si se suman las velocidades de los dos vehículos. No hay muestras de que frenaran o redujeran su velocidad, cosa extraña en estos choques, porque los conductores perciben al vehículo que se les echa encima y reaccionan. No es el caso".
Tras el impacto, el autocar continuó deslizándose por la calzada y se desplazó unos 72 o 75 metros más allá del lugar del choque. En este desplazamiento debió de producirse el incendio, entre la zona de colisión y la situada debajo del asiento del conductor, que quedó inconsciente sobre el volante. "La autopsia desvelará si murió en el acto o con posterioridad", afirma Aparicio.
Las llamas se extendieron con mucha rapidez por todo el vehículo, tanto es así que cuando llegaron los bomberos el incendio había consumido todas sus partes inflamables, incluidos los cuerpos de los pasajeros que no lograron encontrar un hueco para escapar del infierno. El tanque de gasoil ardió, algo que no es normal y que pudo, deberse a que el depósito se partió. Cumplía con creces la distancia mínima de. separación: 1,20 metros del frontal, cuando la norma lo establece a 60 cm.
Ni por dentro ni por fuera
Los pasajeros supervivientes lograron salir del vehículo por tres vías diferentes, ninguna de las cuales fue el parabrisas, en contra de las primeras apreciaciones. Según su versión, recogida en el informe de Aparicio, algunos escaparon por la puerta delantera derecha. "El choque produjo una deformación en la carrocería y dejó un hueco por el que huyeron hacia el exterior", asegura Aparicio.Una segunda vía de escape fue abierta por un pasajero que rompió el cristal de una de las ventanas con un extintor.
Un tercer grupo de supervivientes destrozó a patadas la escalera trasera y salió por el habitáculo inferior de los autocares donde se depositan los equipajes.
La mayoría de las víctimas se encontraron arracimadas y, carbonizadas en la parte posterior del autocar, junto a la puerta de salida que nadie fue capaz de abrir. Aparicio no duda de que el pánico, la oscuridad y el humo contribuyeron a que ninguno de los viajeros atinara a dar con el botón que activa la apertura de las puertas en los autocares. "Nadie lo consiguió, ni los que estaban dentro, ni quienes lo intentaron desde fuera; eso es lo que tenemos que investigar", puntualiza.
Probablemente nunca averigüen la causa ni la chispa que prendió el fuego, advierte el director del INSIA, dada la severidad "extraordinaria" del accidente. Hoy, técnicos de la DGT harán una reconstrucción del accidente.
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