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El PP ofrecerá a Pujol un nuevo sistema de cesión impuestos a las autonomías

El Partido Popular intentará en las próximas semanas encajar las reivindicaciones de los nacionalistas catalanes de CiU con su propio programa, en el convencimiento de que hay posibilidades reales de conseguirlo. Entre las cartas que presentará a Jordi Pujol figura la negociación de un nuevo sistema de corresponsabilidad fiscal, consistente en ceder a las comunidades un tramo del impuesto de la renta, con capacidad de legislar y recaudar. La dirección del partido confía en Regar a un acuerdo con Pujol "porque CiU no querrá unas elecciones anticipadas, que podrían hacerle perder su papel relevante".

En el entorno más próximo a José María Aznar se interpreta que Pujol y CiU han conseguido la situación más favorable que podían imaginar, al mantener íntegro su peso en la política española. Además, la situación de los nacionalistas catalanes tampoco les permite un arbitraje en sentido estricto entre socialistas y populares, porque el apoyo a los primeros requeriría el concurso simultáneo de IU."Creemos que no van correr el riesgo de unas nuevas elecciones, que pueden fortalecer a alguno de los dos grandes partidos y privarles de la enorme capacidad de influencia que les han dado los votantes el 3-M", declaró ayer un miembro de la ejecutiva. La dirección del PP confía en que Pujol, que quedó el lunes por la tarde con Aznar en seguir hablando, conseguirá disolver las desconfianzas en su coalición.

La coincidencia de programas, desde el punto de vista de la dirección del PP, es "muy grande" en casi todo. La divergencia se produce en los respectivos planes autonómicos. Rodrigo Rato, encargado por Aznar de iniciar los contactos, y Joaquim Molins, portavoz de CiU en el Congreso hasta la disolución de las Cámaras, han acordado encontrarse por primera vez hoy o mañana para comenzar el diálogo.

El PP ha asimilado a gran velocidad el fracaso de su intento de separar a Pujol de los centros de decisión de la política nacional y ha empezado a extraer consecuencias. La hostilidad a proyectos de CiU como el desarrollo de una policía autonómica "a la vasca", es decir, para sustituir a los restantes cuerpos, dejó lugar ayer al subrayado oficioso de que "puede ser plenamente constitucional".

Los responsables del programa autonómico del PP insisten en que hay dos propuestas en el mismo que pueden atraer la atención de Pujol y de CiU, la corresponsabilidad fiscal y la Administración única. El PP criticó la cesión del 15% del IRPF a las comunidades autónomas, que Galicia tiene recurrida incluso ante el Tribunal Constitucional, porque "no es una verdadera corresponsabilidad fiscal".

Aznar insistió durante la campaña en que la solución definitiva debe pasar porque las comunidades se responsabilicen, del gasto, pero también de la recaudación.

La oferta que se presentará a Pujol consiste en una nueva concepción del impuesto sobre la renta. El Estado recaudaría una parte y cedería un tramo a las comunidades autónomas, con potestad legislativa para subir o bajar la presión sobre el contribuyente e invertir los recursos así obtenidos. Pujol ha manifestado en ocasiones que este sistema podría ser aceptable, pero sólo cuando se hayan saldado los déficits comparativos generados en Cataluña por algunas transferencias.

"Es el sistema norteamericano y de otros países de estructura federal", señaló ayer uno de los expertos del PP en materia autonómica. "No rompe la unidad de mercado y es difícil que los nacionalistas lo rechacen de plano, porque significa no sólo que las comunidades tendrán recursos, sino capacidad normativa y, por tanto, mayor autonomía", añadió.

La segunda baza del PP ante Pujol es la Administración única, el polémico concepto acuñado por Fraga que Aznar quiere poner en marcha en ocho años. Los populares creen que un proceso de simplificación y eliminación de administraciones concurrentes en las mismas áreas puede de sarrollarse de modo que resulte atractivo para CiU.

El Partido Popular intentar a dar una señal de confianza a los mercados

"Va para largo, hay negociación para rato". "Deberíamos enviar un mensaje de estabilidad a los mercados en 15 días". Dos dirigentes del Partido Popular comentaron con frases tan diferentes las perspectivas de un acuerdo con CiU. La segunda refleja la aspiración, la primera sirve para cubrirse.El mensaje de estabilidad podría consistir, según lo ven en la dirección del partido, en un encuentro personal de José María Aznar con Jordi Pujol o en un acuerdo sobre las grandes líneas presupuestarias para el año próximo. Aunque en CiU hay muchas voces contrarias al pacto, en Génova 13 se cuenta con la presión que puedan ejercer los medios económicos y empresariales para que los nacionalistas catalanes contribuyan a dar una salida a la situación.

Los populares ni siquiera han decidido de forma oficial si deberían intentar aprobar un presupuesto para 1996, aunque dan por prácticamente descartada la idea. Bastaría con retoques al decreto de prórroga. Creen, en cambio, que un acuerdo básico con CiU sobre las grandes líneas del presupuesto de 1997 ayudaría a restablecer la confianza.Primer plazo

El primer plazo para tener orientados posibles acuerdos vence el 27 de marzo, cuando se constituya el Congreso de los Diputados y deba elegirse la Mesa y la presidencia, un puesto quizá apetecible para CiU si, como es más que previsible, rechaza colocar a algún representante en un Gobierno de coalición.

La dirección del PP no renuncia a nada, en principio, y ofrecerá a CiU todas las posibilidades, desde la más estable, un Gobierno de coalición, al pacto de legislatura. "Si no quieren entrar, que sean ellos los que lo digan", explican. "A nosotros nos corresponde la iniciativa y a ellos la respuesta".

En Cataluña, el portavoz del Grupo Popular en el Parlamento autonómico, Aleix Vidal Quadras, declaró ayer que la posible colaboración entre el PP y los nacionalistas catalanes debería estar orientada "en términos de simetría", de forma que el acuerdo implicaría el apoyo de los populares al Gobierno de la Generalitat. Vidal Quadras añadió que es necesario cambiar la relación de enfrentamiento con CiU por "un clima de cordialidad y ,diálogo fluido".

Por su parte, Rodrigo Rato, portavoz del Grupo Popular en el Congreso en las pasadas legislaturas y encargado de la negociación inicial con las demás fuerzas políticas informó que ha hablado con todas en las últimas 24 horas y que las cosas "se mueven a un ritmo razonable".

Rato admitió que el primer objetivo de su partido es garantizar la investidura de José María Aznar y no quiso dar más detalles sobre el contenido de los contactos premilinares. La negociación será transparente, dijo, "pero no se puede hacer a través de los medios de comunicación".

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