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González ordena a Rubalcaba que prepare ya el traspaso de poderes al PP

Luis R. Aizpeolea

Traspaso de poderes sereno y ordenado. Felipe González ha puesto ya en marcha la maquinaria para cumplir su compromiso electoral de dar el relevo al ganador, José María Aznar, con responsabilidad y sin estridencias. Ha ordenado a la Presidencia del Gobierno y a los ministros que recojan los papeles y abran las puertas. Ayer mismo, el mismo día que el Boletín Oficial del Estado publicaba el cese de González como presidente, se reunían el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el director del Gabinete de la Presidencia, José Enrique Serrano, para preparar la Regada del PP a La Moncloa. Hasta el momento, los populares no se han puesto en contacto para preparar una cita.

Felipe González quiere dejar claro que no tiene ningún apego al sillón, contrariamente a lo que le achacó José María Aznar durante la campaña electoral. No va a esperar siquiera a que se despeje la incertidumbre que rodea la formación del nuevo Gobierno, cuya presidencia corresponde al vencedor de las elecciones del domingo."Queremos hacer un traspaso ejemplar de poderes. Y no porque lo pidiera Aznar durante la campaña electoral, sino porque es un compromiso nuestro y del propio presidente", afirmaban ayer en el Ministerio de la Presidencia. González así lo aseguró durante la campaña después de que Aznar lo pusiera en duda en numerosos de sus mítines y pusiera como ejemplo de relevo el que realizó la Unión de Centro Democrático (UCD) en 1982.

El presidente en funciones ha establecido precisamente un criterio de traspaso de poderes similar al que la UCD fijó con los socialistas en 1982. Rápido, ordenado y sin papeles. González ha recordado a sus colaboradores más inmediatos estas últimas semanas que cuando llegó a La Moncloa en diciembre de 1982 se encontró sin ningún papel en las estanterías. Su antecesor en la Presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, le comentó que Adolfo Suárez tampoco le había dejado ningún documento cuando le cedió el relevo, tras su dimisión en enero de 1981.

Así es que los populares sólo encontrarán en las estanterías de La Moncloa, como mucho, datos oficiales o anuarios. "¡Nada de papeles!", ha manifestado González a sus colaboradores. Todo lo que es la correspondencia del presidente del Gobierno, nacional e internacional, o los informes internos de ministerios o del propio partido saldrán de La Moncloa. El destino de toda esa documentación está pendiente de lo que decida el propio González.

La Presidencia del Gobierno ya ha decidido quiénes protagonizarán el traspaso de poderes. Lo coordinará, por parte de la Administración socialista, una comisión que encabezará el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba. Junto a él figurará el director del Gabinete de la Presidencia, José Enrique Serrano.

En 1982, cuando el PSOE ganó las elecciones y representaba la Administración entrante, coordinaron esta función, por parte socialista, el autor del programa gubernamental e inminente ministro de Trabajo, Joaquín Almunia, y el que también fue inminente director del Gabinete de la Presidencia, Roberto Dorado.

La comisión que encabezará Pérez Rubalcaba será la que coordine los ministerios. En cada uno de éstos se organizarán, a su vez, comisiones muy reducidas, compuestas por altos cargos, para materializar el traspaso. A todos los ministros ya les ha llegado la consigna del "¡hay que recoger!" lanzada por Felipe González a las pocas horas de reconocer la victoria de José María Aznar.

El Cesid y el búnker

En algún caso se ha llegado a plantear la duda de si procede iniciar ya el desalojo de La Moncloa y de la Administración cuando José María Aznar no tiene aún las garantías de que podrá formar gobierno. Pero las consignas del presidente en funciones son tajantes y no ofrecen dudas.El traspaso de funciones no ofrece mayores problemas en los ministerios: la gestión y el personal. En la información de las cuestiones delicadas Defensa e Interior- estará presente la comisión coordinadora que encabeza Pérez Rubalcaba. Es el caso del Centro Superior de Investigación de la Defensa (Cesid), de las Fuerzas de Seguridad del Estado e incluso de los sumarios que afectan a algunos de sus miembros cualificados, como el general Rodríguez Galindo.

El complejo de La Moncloa ofrece también algunas singularidades. Pérez Rubalcaba tendrá que explicar a sus interlocutores del PP el funcionamiento del famoso búnker. Una parte del trabajo de este traspaso ya está adelantada. La dimisión, en junio pasado, del vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, sirvió para reordenar los papeles.

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