El Gobierno regional dedica más de 800 millones a suprimir barreras para los minusválidos

Los madrileños discapacitados pueden empezar a tener la vida algo más fácil. El Gobierno regional del PP dedicará este año "entre 800 y 1.000 millones de pesetas" a aplicar medidas que faciliten las cosas cotidianas a los minusválidos, afirma la viceconsejera de Presidencia, Carmen Álvarez Arenas. El grueso de ese presupuesto irá a parar a los transportes: más autobuses, de plataforma baja (ya hay 109 en la capital) y reformas para facilitar el acceso al metro. También se prevé dar cursos de lenguaje de signos a funcionarios, para que puedan tender a los ciudadanos sordomudos.

La viceconsejera, que no concretó la cifra de nuevos autobuses, hizo esas afirmaciones poco antes de clausurar -el viernes pasado- las Primeras Jornadas del Consejo para la Promoción de la Accesibilidad y Supresión de Barreras. Este organismo consultivo, que cuenta con la participación de colectivos de discapacitados, se creó en la ley regional sobre supresión de obstáculos para los minusválidos, aprobada en 1993. Álvarez Arenas es su presidenta.Ya se han dado algunos pasos. En la Empresa Municipal de Transportes (EMT) ha aumentado notablemente la compra de autobuses de piso bajo. En 1994 se implantaron los seis primeros. Ahora, de los 1.748 omnibus ya hay 109 con la plataforma baja, explican en la EMT.

Amén de facilitar el transporte, el Gobierno regional prevé invertir este año en la supresión de barreras en lugares a los que acuden los mayores, como residencias o clubes. Otra medida en estudio es proporcionar información y entretenimiento a los sordomudos en las pantallas de Telemadrid, la televisión pública regional.

"No cabemos"

Queda mucho por hacer para hacer más fácil la vida de las personas discapacitadas, según quedó patente en las jornadas. 'Una de las asistentes, Pilar Ramiro, explicaba las dificultades de salir a la calle en una silla de ruedas, como es su caso: "Las calles de Madrid nos resultan inaccesibles, pese a que se han rebajado las aceras. Los coches, sobre todo los que se ponen en doble fila, nos hacen la vida imposible. Si uno mide más de 30 centímetros no puede traspasar la barrera de vehículos".

"Para nosotros es impensable caminar con silla de ruedas", sentenciaba Pilar. También lamentaba la escasez de autobuses con piso bajo.

Los invidentes, por su parte, reclamaban "más seguridad en el metro". Así lo pidió el vicepresidente de la Fundación ONCE (Organización Nacional de Ciegos), Rafael de Lorenzo, en la clausura de las jornadas.

Entre las conclusiones de la reunión figura la necesidad de construir un entorno menos discriminador. También se pide a la Administración que haga frente a sus obligaciones de supresión de barreras, y a la sociedad, un mayor respeto para las diferencias. Igualmente se señala la convenencia de tener en cuenta las dificultades de los discapacitados al diseñar los edificios.

"La accesibilidad es un problema de todos", dijo en la clausura la consejera de Sanidad y Servicios Sociales, Rosa Posada. El otro consejero asistente al acto, el de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Luis Eduardo Cortés, señaló que para resolver las cuestiones planteadas el problema no está tanto en el presupuesto como en un cambio de mentalidad por parte de todos.