El cadáver de Susana Ruiz llega a Madrid, donde hoy se le hará la autopsia
El féretro con el cadáver de Susana Ruiz llegó ayer tarde al Instituto Anatómico Forense de Madrid, tras haber sido exhumado en el cementerio de Palacios de la Sierra, municipio burgalés de poco más de un millar de habitantes del que es oriunda la familia de la joven fallecida.El ataúd emergió de las entrañas del camposanto, blanqueado por las últimas nieves, poco antes de las doce de la mañana de ayer.
Tres operarios, bajo la supervisión del juez de Salas de los Infantes (Burgos), emplearon casi dos horas en desenterrar el húmedo, embarrado y no excesivamente deteriorado féretro. El cuerpo de Susana Ruiz, embalsamado, estaba depositado en una caja de zinc dentro del ataúd, que no fue abierto.
Los operarios limpiaron con una manguera el barro que lo envolvía, antes de introducirlo en el coche fúnebre, pero no desprecintaron la caja de zinc. Eso se hará hoy, en Madrid, delante de los cuatro forenses que intervendrán en la autopsia y de la juez Ana Ferrer, instructora del caso.
Los ojos de Ángel Ruiz, padre de Susana Ruiz, se empañaron de lágrimas al contemplar la salida del camposanto del coche fúnebre.
El cadáver de Susana Ruiz fue descubierto en extrañas circunstancias a principios de 1993 en un descampado de la capital. Tenía las bragas bajadas. La última vez que se la vio con vida, la joven, a la sazón de 16 años, participaba en una fiesta de cumpleaños celebrada en una casa abandonada por unos amigos de instituto. De madrugada se marchó del lugar, supuestamente sola. Un mes después fue hallado su cadáver.
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"He esperado dos años y medio para que llegase este momento", declara emocionado el padre de Susana
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Ángel Ruiz permaneció fuera del cementerio durante la exhumación del cadáver. Su abogado, Hermenegildo Pérez Bolaños, e recomendó que aguardase fuera. "He tenido que esperar dos años y medio para que llegase este momento", dijo a los periodistas. "Pero mi ánimo está arriba, y la autopsia permitirá descubrir que mi hija fue cobarde y vilmente asesinada", subrayó entre lágrimas.
La nieve matinal que bañaba el cementerio de Palacios de la Sierra durante la exhumación parecía sugerir luz para una muerte marcada por la confusión de dos versiones encontradas: la oficial, que sostiene que fue natural, y la de la familia, que interpreta que medió violencia.
Ana Ferrer, la juez madrileña que instruye la muerte de Susana, estará presente en la segunda autopsia. Será realizada por tres forenses -entre ellos, el experto designado por la familia, José Ramón Civantos- bajo la batuta de José María Abenza, director del Instituto Anatómico Forense de Madrid.
El padre de Susana ha expresado su contrariedad por la "sorprendente e inesperada" renuncia del forense sevillano Luis Frontela, autor de un informe en el que asegura que Susana fue estrangulada. "Hemos confiado en él durante dos. años, y nos ha dejado tirados en el último momento", comentó Ruiz a este periódico, dolido. Ruiz asegura que ha leído el escrito de renuncia de Frontela, por lo que no entiende cómo "puede decir que ha sido la familia quien le ha apartado".
El nuevo forense de la familia también presenció, ayer las labores de exhumación del cuerpo. Pese a que lleva tres años enterrado, Civantos expresó su confianza en llegar a una conclusión que despeje para siempre las dudas. "Creo que entre los cuatro forenses podemos llegar a una conclusión, pero hay que tener paciencia", matizó.
