Yeltsin pretende acaparar los votos de las fuerzas democráticas rusas

El líder de Rusia, Borís Yeltsin, aseguró ayer que las fuerzas democráticas de su país no tendrán más remedio que apoyarle en las elecciones presidenciales y pronosticó que estos sectores irán cerrando filas en torno a él de modo paulatino a medida que se acerque el día de los comicios, previstos para el 16 de junio. Yeltsin hizo estas declaraciones en el Kremlin tras despedir a su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko, cuya visita ha aprovechado para tratar de pulir su imagen frente a los sectores nacionalistas rusos nostálgicos de la URSS.El optimismo de Yeltsin, que enfoca su candidatura como la única capaz de frenar el avance comunista, contrasta con la preocupación de algunos miembros de su equipo, que están bregando con enormes dificultades para cumplir las promesas electorales del presidente. Al anunciar su candidatura el pasado 15 de febrero, Yeltsin se comprometió a pagar los sueldos atrasados antes de que acabe marzo. Sin embargo, los gastos presupuestarios en concepto de nóminas no se están viendo compensados con la recaudación fiscal, que ha empeorado sensiblemente. Según el prestigioso economista, Andréi llarionov, durante el primer mes y medio de este año se había recaudado menos de una tercera parte de lo previsto en el presupuesto estatal. La situación es tal que Rusia podría verse obligada a vender metales y piedras preciosas para hacer frente al déficit presupuestario, según ha manifestado el primer vicejefe del Gobierno, VIadímir Kadannikov a la agencia Itar-Tass.

El economista Grigori Yaviinski, el único candidato demócrata que, según las encuestas, tiene posibilidades de vencer al candidato comunista Guennadi Ziugánov en una segunda vuelta electoral, no está de acuerdo con el planteamiento del actual presidente y su idea de que "no hay nadie más" a quien apoyar como candidato. El apoyo a Yeltsin es "el mejor regalo" que pueden recibir los comunistas, según dijo Yavlinski ayer en Moscú. En los sectores reformistas, señaló, se repite hoy la falsa ilusión que se dio en diciembre de 1993.

Consejo de Europa

En el frente internacional, Rusia se convirtió ayer en el 39º estado miembro del Consejo de Europa y se comprometió a fomentar la democracia y el respeto a los derechos humanos. En una ceremonia en Estrasburgo, el ministro de Exteriores de Rusia, Evgueni Primakov, firmó la Convención Europea de Derechos Humanos, que prohíbe la tortura. Rusia mantiene vigente la pena de muerte, y en el Ministerio del Interior existen fuertes resistencias a su abolición. Por otra parte, el comportamiento de las tropas rusas en el norte del Cáucaso ha sido objeto de reiterada crítica por parte de los sectores democráticos. Con todo, el secretario de prensa de Yeltsin consideró ayer que el ingreso de Rusia en el Consejo de Europa supone el reconocimiento oficial de la "importancia de los cambios democráticos en Rusia".